Francisco Ledesma / ¿Transición o alternancia?
En las campañas electorales que encabezan Alejandra del Moral y Delfina Gómez, cuestionan con recurrencia a sus simpatizantes, ¿qué está en juego en la elección del 4 de junio? Y ellas mismas responden que, la definición de la elección por la gubernatura terminará por definir el futuro no sólo del Estado de México, sino del país; en un discurso romántico que busca matizar que la competencia real se reduce al empoderamiento de un grupo político del próximo sexenio.
El futuro del estado y del país no puede estar en juego en una elección, cuando aquí, y en la nación, los planes de gobierno se reinventan cada seis años, incluso cuando exista la prevalencia de un mismo partido político por largo tiempo. Al ascenso de un nuevo gobernador -o gobernadora-, se reemplazan los programas sociales, las políticas públicas y los planes de gobierno respecto de su antecesor.
Independientemente del resultado en las urnas del 4 de junio, los electores mexiquenses tendrán una nueva oportunidad de darle un giro a su gobierno dentro de seis años, cuando venga una nueva elección por la gubernatura. Al final de cuentas, lo único que es inevitable es el avance del tiempo y la caducidad de todos los gobiernos, por encima de sus popularidad o eficacia.
Alejandra del Moral asume que representa la apuesta por instaurar al primer gobierno de coalición (abrazada del PRI, PAN y PRD) en la entidad mexiquense; aunque en realidad, simboliza el mayor signo de continuidad de su jefe político, Alfredo Del Mazo, y en esencia, su eventual triunfo implicaría un gobierno de transición para compartir el poder público con gran parte de la clase gobernante que ha dominado la escena durante el actual sexenio delmacista.
Lo cierto es que, una vez concluida esa transición, la premisa de Alejandra del Moral será encumbrar al grupo político que ha arropado sus aspiraciones durante los últimos años hasta convertirla candidata a gobernadora. Ahí están concentrados los esfuerzos de Andrés Aguirre, Darío Zacarías, Guillermo Zamacona, Alejandro Abad, Sandra Méndez, Aidé Flores, entre otros.
Delfina Gómez enarbola -en el mensaje- a la impregnación de la Cuarta Transformación en la entidad más poblada del país; como parte de una oleada electoral que no ha dejado de ganar comicios en los estados durante los últimos cinco años, y que en el caso particular de la gubernatura mexiquense, implicaría una alternancia electoral histórica frente al régimen priísta que se ha asentado en este territorio durante los últimos 94 años.
En caso del triunfo electoral de Delfina Gómez, el mayor empoderamiento sería a favor del Grupo Texcoco -la agrupación fundada por Higinio Martínez-, la cual por razones del destino que es caprichoso, hoy le toca dirigir a la exsecretaria de Educación, pero que tendría como centro político a estos liderazgos, reconocidos como los de mayor ascendencia al interior del morenismo, en el que se incluye Delfina, Higinio, Horacio Duarte, Francisco Vázquez, y muchos más.
El domingo 4 de junio, la gran apuesta que puede tener el votante no es el futuro del país, es el ejercicio del poder de los próximos seis años. Ahí, se deberá considerar un eventual gobierno de transición, o bien, una histórica alternancia electoral, pero entre ambos proyectos apenas habrá matices de diferencia.
Por tanto, el gran diferencial -más allá de los partidos políticos que puedan encabezar el gobierno estatal-, se deberá considerar a cuál clase gobernante se prefiere empoderar por los próximos seis años, desde las posiciones clave que implica el ejercicio presupuestal, la aplicación de políticas públicas y la reinvención de una administración que se rediseña en cada periodo sexenal.
La tenebra
El morbo electoral está concentrado en un eventual clivaje político, ante la posible derrota del priísmo en el Estado de México, lo que implicaría que el Grupo Atlacomulco sucumba doce años después de haber conseguido la cumbre del poder político desde la Presidencia de la República. La paradoja, su mayor triunfo habría sido la causa del desahucio años más tarde.
