Toluca, Edomex; 2 de febrero de 2023.- Conforme avanzan las precampañas electorales, existe la expectativa de prevalecer un pacto de civilidad política y de no agresión hacia el presidente, Andrés Manuel López Obrador y el gobernador, Alfredo Del Mazo. El discurso de la morenista, Delfina Gómez fustiga los cien años de gobiernos priístas en el Estado de México, pero jamás existe una alusión personal en contra del actual mandatario mexiquense; mientras que, la priísta, Alejandra del Moral, lanza su campaña para criticar a la 4T, sin embargo, nunca alude a la figura presidencial que despacha en Palacio Nacional. El respeto parece mutuo.
Ese pacto de no agresión, incluye un respeto silencioso de parte de López Obrador hacia el priísmo mexiquense. Si bien, en la conferencia mañanera ha mostrado su respaldo absoluto a la candidatura de Delfina Gómez, y su impulso para ganar las elecciones por la gubernatura mexiquense; siempre que le han cuestionado por presuntos actos anticipados de campaña sobre Alejandra del Moral, ha esquivado hacer señalamientos en su contra, algo muy extraño para quien no tiene bodega en su pecho. Está claro que, Andrés Manuel ha decidido evitar un proceso rispido en la elección del Estado de México.
Otro aspecto sustancial, dentro de ese pacto no escrito, apunta a la posibilidad de que ni Alfredo Del Mazo ni Andrés Manuel incidan de forma directa o presencial en las campañas electorales de sus partidos. Por eso hasta ahora, Del Mazo ha optado por ausentarse de todos los actos del priísmo en los que se ha encumbrado la postulación de Alejandra del Moral; y aunque ha tejido lo necesario para construir la alianza con panistas y perredistas, también se ha mantenido al margen de los eventos públicos en que se ha consolidado dicha coalición electoral. El delmacismo impulsa la idea de no entrometerse en la campaña electoral, aunque hará todo lo que esté a su alcance para ganar el 4 de junio.
Desde diciembre de 2018 a la fecha, ha sorprendido la muy buena relación entre Andrés Manuel López Obrador y Alfredo Del Mazo. Muchos sectores de Morena, hubiesen esperado una postura mucho más aguerrida del gobierno federal hacia la clase gobernante identificada con el Grupo Atlacomulco; y viceversa, las élites del priísmo mexiquense añoran esa postura opositora hacia un gobierno ajeno a sus filas partidistas. Y lo que ha prevalecido ha sido un trato cordial, que incluso se atribuye a un pacto de impunidad que trasciende hacia la figura del expresidente, Enrique Peña Nieto, para tratar de justificar el buen entendimiento entre el lopezobradorismo y el delmacismo, y que ha evitado cualquier ruptura, aún en la víspera electoral del 2023.
Ahora bien, sea cual sea el resultado electoral, se advierte esa cordialidad política. Por un lado, si Delfina Gómez reafirma el resultado de las casas encuestadoras en este momento, Del Mazo pasará a la historia como un gobernador demócrata y el reconocimiento amplio del presidente, López Obrador, en la mañanera del lunes 5 de junio; sin embargo, si Alejandra del Moral logra remontar las preferencias electorales, no habrá reclamo de fraude electoral, y Andrés Manuel llamará a respetar la voluntad del pueblo mexiquense y a reconocer la derrota, como parte de ese pacto no escrito.
Quien buscaba ver campañas electorales de alto contraste en el Estado de México, podría quedarse con las ganas. Sí, habrá múltiples ataques hacia el PRI y hacia Morena; una guerra sucia entre Alejandra y Delfina; pero prevalecerá el respeto hacia Del Mazo y López Obrador, porque los tiempos políticos se han modificado y buscan el respeto mutuo, más allá de la elección del 4 de junio.
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