Ricardo Moreno**
¿Y después del debate qué? Es la pregunta que se debe estar haciendo el equipo de campaña de Alejandra del Moral. Apostaron a que el debate sería definitorio en esta campaña y que a partir de ello lograrían reposicionar a su candidata. Se frotaban las manos imaginando que encontrarían a una Delfina Gómez dócil y, en su más rancio pensamiento, inexperta y débil.
Toparon con pared. La soberbia de Alejandra del Moral se puso en evidencia. Actuó como todo mundo esperaba, no hizo absolutamente nada novedoso. Los ataques que lanzó en contra de la maestra, fueron una reiteración de los que ha lanzado desde el inicio, e incluso antes de la campaña.
Llena de altanería y soberbia, Alejandra del Moral dejó ir la oportunidad de potenciar su campaña. Su falta de sororidad para con su contrincante, fue atajada con la inteligencia que distingue la humildad de Delfina Gómez: “yo sí creo en que la mujer puede colaborar para bien de una mujer; yo sí creo que la mujer no se tiene sostener pisando a otra para poder subir o crecer”.
Así, con elegancia y contundencia, sin rebajarse, la maestra Delfina Gómez dió una bofetada con guante blanco a su adversaria. Ella y su equipo supieron calibrar a Alejandra del Moral.. Supieron analizar la soberbia con que se iba a presentar la candidata priísta y junto pegaron en el sitio correcto. Ante la soberbia y agresión, se optó por la humildad y sencillez con un lenguaje simple pero contundente.
Delfina Gómez no se amilanó y, al contrario, cuando los invitados de Alejandra del Moral rieron a carcajadas en el momento que la morenista hizo mención de su propuesta de reivindicar a los pueblos indígenas, los calló y con la dignidad por enfrente les espetó: “No debería darnos risa, nos debería dar vergüenza porque nuestros pueblos originarios merecen respeto. Eso es lo que duele… habla uno de pueblos originarios y pareciera que hablamos de otro mundo, cuando están aquí y existen. Eso sí me enfada y les pido respeto para esa gente que ustedes han utilizado”.
Con ello, además de exponer una propuesta, se puso en, los hechos, del lado de los desprotegidos. Ella, la maestra, a la que vieron como la rival más débil, desde el fondo de su alma propinó un durísimo golpe no solo a Alejandra Del Moral sino a todo su equipo de campaña, La maestra demostró que ella también es valiente y sin pregonarlo lo demostró aún con la moderadora cargada hacia la campaña priista. Así Delfina debatió contra dos: contra Del Moral y contra Ana Paula Ordorica, que editorializó y que convirtió un debate en una entrevista, al lanzar preguntas inducidas y diferenciadas para las candidatas. Pésimo papel que deja muy mal parado al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM)
Así, el comité de campaña de la candidata de la Alianza del PRI, PAN y PRD perdió la oportunidad de acercarse a su contrincante en el ánimo de los electores. La priísta no sólo no ganó el debate, sino que ha perdido la posibilidad de ganar la elección. Apostaron fuerte al debate y Delfina les ganó la mano. ¡La maestra dio a todos una clase de humildad!
** Senador suplente. Ha sido diputado federal y local. Se ha desempeñado como representante de Morena ante el Instituto Electoral del Estado de México. Fue secretario del Ayuntamiento de Toluca.
