Israel Dávila
Toluca, Edomex. 24 de septiembre del 2019.- La clase política que durante décadas fue hegemónica en la entidad ya no es vigorosa, fuerte y dominante. Al menos así lo refleja el estado de salud de los otrora poderosos exgobernadores mexiquenses, que conformaron uno de los grupos políticos más influyentes en la nación, el Grupo Atlacomulco.
Hoy, estos hombres de poder parecen desplazados por una nueva camada de políticos emanados de otro signo político. Del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, sin estar presente, fue protagonista del segundo informe de labores del gobernador Alfredo Del Mazo Maza.
Los priistas que durante décadas ocupaban las primeras filas y los mejores lugares durante los informes, hoy fueron relegados a los extremos. Los sitios de privilegio fueron para destacados miembros de Morena: Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México; Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación del gabinete obradorista y Maurilio Hernández González, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, hoy dominado por Morena.
Al extremo izquierdo fueron ubicados los pocos diputados federales del PRI y los exgobernadores Arturo Montiel, Emilio Chuayffet, Ignacio Pichardo, César Camacho y Alfredo Baranda, que hacían muecas cada vez que escuchaban el nombre del tabasqueño.
Del lado izquierdo se ubicaron presidentes municipales, en su mayoría de Morena y del PAN. Ahí estaban los morenistas, Fernando Vilchis de Ecatepec, Gabriela Gamboa de Metepec y Juan Rodolfo Sánchez Gómez de Toluca; el panista, Enrique Vargas de Huxiquilucan y el experredista, Juan Hugo de la Rosa, de Neza.
Filas atrás, los alcaldes priistas, como el de Villa Victoria, Mario Santana o el de Valle de Bravo, Mauricio Osorno.
A la cita llegaron puntuales, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, quien hasta esta mañana confirmó su asistencia. Lo mismo que Manuel Velasco, hoy senador de la república por el Partido Verde y quien acaparó saludos de la clase política mexiquense.
Al lado de ellos, los gobernadores priistas, Quirino Ordaz, de Sinaloa; Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí; Héctor Astudillo, de Guerrero y Marco Mena de Tlaxcala. Más tarde, ya iniciado el informe llegó Omar Fayad de Hidalgo. El gobernador de Querétaro, el panista Francisco Domínguez, pasó casi inadvertido. Enrique Vargas, alcalde de Huixquilucan, concitaba más saludos que el gobernador de la vecina entidad.
Llamó la atención la ausencia del grupo peñista. Hace un año, ellos llenaron el sillerio del Palacio de Gobierno para hacer una emotiva despedida al entonces presidente Enrique Peña Nieto. De esos, hoy muy pocos asistieron: Miguel Ángel Osorio Chong, senador de la República; María Elena Barrera y Jesús Alcántara. Desapercibida pasó Cecilia Peña Nieto, hermana del expresidente de la república, quien iba acompañada de su esposo.
El Informe de Del Mazo también sirvió para el reencuentro de viejos conocidos hoy ubicados en el desempleo político. Ahí se encontraron Carlos Iriarte, Gustavo Cárdenas, Alberto Curi y Efrén Rojas, quienes intercambiaban números telefónicos y opiniones antes y después del informe.
Del poder económico, pocos destacados, como el texcocano Francisco Cervantes, de Concamín y Carlos Peralta, de grupo IUSA. Hubo líderes religiosos y sociales.
En la segunda fila al centro fueron ubicados los titulares de los órganos autónomos, como el Instituto Electoral, el Instituto de Transparencia, el Comité Anticorrupción, la UAEM, y Derechos Humanos. Justo, atrás de ellos, toda la familia Del Mazo. Alejandro y Adrián, hermanos del gobernador Alfredo Del Mazo, demostraron su influencia. No hubo miembro del gabinete que pasara por alto saludarlos.
Dos personajes del priísmo mexiquense también mostraron su peso político. Ernesto Nemer, ubicado en primera fila junto y lejano a sus compañeros diputados del tricolor y el pupilo preferido de Luis Miranda Nava, Jesús Izquierdo, actual subsecretario de desarrollo político, quien pacería el encargado de la logística del evento.
Del Mazo, sabedor que la forma es fondo, dio lugar a todos en su mensaje. Primero a su esposa, Fernanda Castillo, a su familia y a su papá, que pese a no estar presente, concitó un caluroso aplauso.
Luego a los exgobernadores del estado, a los mandatarios presentes y a la Secretaria del Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Fue enfático en reconocer al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Le concedió mención al titular del Poder Judicial y reconocimiento a los integrantes del Congreso del Estado, hoy dominado por la oposición.
Es tiempo de inclusión y pluralidad, dijo para cerrar su mensaje. «Tiempos de trabajar juntos, en unidad y con respeto a la diversidad».
