Francisco Ledesma / ¿Qué esperar del segundo informe?
El próximo martes 24 de septiembre, el gobernador Alfredo Del Mazo Maza presentará su segundo informe de resultados, donde también emitirá un mensaje que en el imaginario público esperaría tres elementos fundamentales: fijar una postura política frente al nuevo escenario institucional; asumir una postura autocrítica de lo mucho que falta por hacer y marcar los límites a los que se compromete su gobierno conforme a sus atribuciones y capacidades.
Vamos por partes.
Primero. Más allá de la buena relación política existente entre los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Alfredo Del Mazo Maza, es momento que el mexiquense esclarezca el proyecto de su gobierno y los alcances para el actual sexenio. Que haya una sana distancia entre los gobiernos federal y estatal.
De manera institucional, Del Mazo se ha sumado al respaldo del proyecto aeroportuario de Santa Lucía, aun cuando durante su campaña impulsó la terminal de Texcoco. Obligadamente ha arropado otros programas sociales como parte de una estrategia política, que le ha garantizado por ahora sobrevivencia.
Sin embargo, es momento que el mandatario mexiquense vaya delineando su proyecto de gobierno. No se trata de confrontar al lopezobradorismo, pero por ahora la relación es tan cercana que deja la percepción de que, dos gobiernos ideológicamente distintos transitan por rutas paralelas y objetivos comunes.
No se trata de sucumbir frente a lugares comunes: el bienestar de las familias mexiquenses, parafrasean el mexiquense y el tabasqueño. ¿Qué hace distinto al gobierno de Del Mazo con el de López Obrador que sea símbolo de su militancia priísta? Y en esa respuesta, anticipar la estrategia electoral hacia 2021.
Segundo. Lo más esperado por la opinión pública, sobre todo aquella que delibera desde la tribuna digital que otorgan las redes sociales, se sitúa en la posibilidad de que Del Mazo asuma una postura autocrítica ante los rezagos políticos, sociales y económicos. Si bien, el gobernador no tiene una varita mágica, también es cierto que hay promesas de campaña todavía insatisfechas.
La seguridad pública fue la principal propuesta electoral, pero los avances que se pudieran presumir no son tangibles. Tampoco puede usar una estratagema que deslinde el problema hacia la Guardia Nacional, y en consecuencia que el gobierno estatal rehúya de sus atribuciones. La violencia prevalece lacerante.
La creación de empleos en el primer tercio está muy lejana al millón de nuevas fuentes laborales prospectadas para el sexenio. El panorama es desolador frente a las expectativas de crecimiento del presente año, y las prospectivas ya planteadas por el gobierno federal para el 2020 por debajo del dos por ciento.
La autocrítica debe partir principalmente de las promesas de campaña y de las dificultades o adversidades para lograr su cumplimiento.
En contraparte, ya desde ahora se puede anticipar los aspectos que Del Mazo presumirá como sus mayores logros en su mandato. El combate a la pobreza, a partir de las cifras otorgadas por el Coneval hace algunas semanas, que determinaron una disminución de la pobreza extrema y del rezago educativo.
El gobernador tendrá elementos cualitativos para subrayar sobre los avances del primer tercio de su sexenio.
Tercero. Muchas críticas que concentran los gobiernos y el desgaste en el ejercicio del poder público están vinculadas por falsas expectativas sociales.
Es deseable, incluso, que el mandatario estatal pueda replantear sus objetivos y sus alcances, mediante un discurso que aporte sensatez, y no sólo cifras; que presente un proyecto de mediano plazo y no sólo una campaña cortoplacista.
Un informe que hable a todos los sectores sociales, y no en específico a las clientelas electorales. Que pueda trazar una ruta de inclusión, y no necesariamente de ser complaciente con sus opositores.
Es imprescindible que Alfredo Del Mazo asuma un liderazgo desde su partido y desde el Estado de México, pero no distraerse en un protagonismo anodino.
La tenebra
La estrategia digital ha articulado que todos los secretarios del gabinete difundan en sus redes sociales la promoción personalizada del segundo informe. Sólo que nadie parece haberle avisado al secretario general de gobierno, Alejandro Ozuna, quien todavía opera como un funcionario análogo.
