Toluca, Edomex, 29 de noviembre de 2023.- De emergencia, el gabinete del priísmo mexiquense fue citado al mediodía de ayer martes para definir asuntos prioritarios relacionados con la elección de 2024. En principio, se pensaba que la intención del cónclave era oficializar la eventual salida de Eric Sevilla de la dirigencia estatal del tricolor. Los anuncios fueron más alarmantes que un posible relevo en la víspera electoral; el escenario es verdaderamente desolador. El principio del fin, de un partido hegemónico que profundiza su crisis interna.

Luego de los resultados de la elección de gobernadora, el PRI plantea revalorizar su alianza electoral con el PAN, por la dolorosa e histórica derrota del Grupo Atlacomulco frente a la andanada morenista. En una primera decisión, ha determinado que sólo conformará una coalición en el 25 por ciento de los ayuntamientos y distritos locales que se disputarán en los comicios de 2024. El asombro y el desasosiego inundaron a los asistentes, quienes expertos en la movilización electoral advierten que es un paso al despeñadero del partido.

Con los números fríos, se puede anticipar que si en junio de 2024, se replicaran los resultados de la elección por la gubernatura, Morena podría ganar fácilmente en más de 90 municipios y alrededor de 35 distritos locales. Con la decisión de que el PRI compita en solitaria en tres de cada cuatro ayuntamientos o diputaciones, tal parece que la apuesta es firmarle un cheque en blanco a la gobernadora Delfina Gómez para entregarle la mayoría absoluta de la Legislatura Estatal, en la primera mitad de su sexenio. El PAN lo secundaría.

El pronóstico podría regresar al PRI a los resultados alcanzados en 2018, cuando apenas gobernó una veintena de municipios; tenía un puñado de diputados locales; y en aquellos comicios, solamente triunfó en un distrito federal. A todo lo anterior, hay que sumar que los priístas están huérfanos por la carencia de un gobernador en turno, y las luchas internas terminarán por fracturar todo intento de candidatura de unidad. Eric Sevilla tendrá que lidiar con los egos de Alejandra del Moral, Ana Lilia Herrera, Cristina Ruiz y los que se acumulen.

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Higinio Martínez no es un hombre de escritorio. Es un político dedicado a la alquimia electoral, que le permitió hacerse indispensable desde diversas tareas partidistas. Busca entregarle buenos resultados a Delfina Gómez y Claudia Sheinbaum. Y de paso, incidir en que su grupo político se vea beneficiado en la asignación de candidaturas para diputados federales y locales; además de alcaldes. Pretende demostrar su músculo electoral para rasguñar los cuatro millones de votos. Lo prioritario por ahora, será ganar el carro completo.

El texcocano tiene presupuestado, incluso, ya no ser candidato a senador. Sí le interesa incorporarse al gobierno; ya sea al de Delfina Gómez, o bien, al de Claudia Sheinbaum. Toda su vida, advierte, soñó con formar parte del gobierno del Estado de México, y los siguientes años son el momento inmejorable. Higinio no está derrotado, se siente complacido de que su grupo político ejerce el poder. Quienes lo minimizan, deben entender que mantiene ascendencia en la gobernadora, a quien formó políticamente, y eso no podrá borrarse de un plumazo.