Toluca, Edomex; 29 de abril de 2020.- Este miércoles, la Secretaría de Finanzas del Estado de México entregará, a puerta cerrada, a la Junta de Coordinación Política de la Legislatura Estatal la Cuenta Pública 2019. El documento también será recibido por la Comisión de Fiscalización. En las próximas semanas, la cuenta pública deberá ser remitida para su análisis al Órgano Superior de Fiscalización, que por cierto trabaja desde hace un mes mediante guardias, pero ha pospuesto todo tipo de audiencias y plazos legales hasta el próximo 5 de mayo.
El análisis de la Cuenta Pública 2019 será el primer gran desafío de la auditora Miroslava Carrillo. Lo cierto es que, para quienes esperaban una cacería de brujas por parte de la nueva titular del OSFEM, se debe considerar un detalle sustancial: la revisión financiera corresponderá al primer año de gobierno de los alcaldes morenistas que entraron en funciones en 2019. Por lo tanto, se avizora que se impondrán las componendas entre los poderes públicos.
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Horacio Duarte ha ocupado tres distintas posiciones en los últimos 20 meses. Comenzó en septiembre de 2018 como diputado federal, en cuya oficina apenas duró cuatro meses. Desde diciembre de ese mismo año, fue nombrado como subsecretario de Empleo, en cuyo despacho puso en marcha el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. En las últimas horas presentó su renuncia a Luisa María Alcalde, y se encamina para hacerse cargo de la dirección de aduanas del SAT. La subsecretaría que encabezaba podría desaparecer.
El texcocano se mantiene en los afectos de López Obrador. Sin embargo, desde la dirección de Aduanas, Horacio pierde una posición que le permitía estar vigente en el Estado de México, y con una presencia de visos electorales. Falta mucho para la sucesión por la gubernatura, pero con su nueva asignatura, no sería raro que Duarte el año entrante busque una posición en la Legislatura Estatal que lo ponga en la antesala de las urnas hacia 2023.
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La crisis más severa posterior a la emergencia sanitaria será el desempleo creciente. En paralelo, se debe asumir un incremento en la informalidad del sector laboral. Es preocupante que autoridades federales tengan opacidad en las cifras de la pérdida de empleos formales. El Estado de México tendrá registros negativos durante los últimos dos meses: marzo y abril, cuando comenzaron las medidas de restricción social. El escenario es desolador en el mediano plazo.
Ahora bien, durante el presente sexenio, la administración estatal comprometió la creación de un millón de empleos. La meta puede irse borrando de los registros oficiales, porque simplemente el escenario económico es improbable. Y tampoco se avizoran incentivos suficientes, ya no para crear empleos, sino tan sólo para conservar los ya existentes.
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