Toluca, Edomex. 26 de febrero de 2019.- Los gobiernos locales parecen tener una visión limitada de la seguridad. Con la aprobación de sus presupuestos municipales todos le apostaron a la policialización, la cual se entiende por gastar en patrullas, armamento, uniformes y videocámaras. Los nuevos alcaldes de los diez municipios más poblados, sin excepción, invertirán cientos de millones de pesos en contratar más policías, equiparlos mejor, tener más efectivos y hasta pagarles más. Lo cierto es que la seguridad no es un asunto exclusivo de policías.
Es ahí donde está el principal reclamo social, pero las políticas públicas en materia de seguridad poco se ocupan del tejido social. El rescate de los espacios públicos se limita a adecuar parques, centros de recreación y deportivos. Pero dejan al olvido el fomento de actividades, la iluminación de calles y hasta la convivencia comunitaria como parte de su tarea. Al menos en el discurso, dejan una sensación acentuada en lo policíaco. Esa es una señal desalentadora.
————————-
El Poder Legislativo avanza en su agenda. La mayoría morenista ha asumido una agenda paralela a la del gobierno federal: la cancelación de privilegios a exgobernadores; la supresión del fuero a altos funcionarios; ningún servidor público podrá ganar más que el presidente; la eliminación del Programa de Acción Comunitaria; y otras tantas que llevan a la austeridad. La Legislatura Estatal convertida en un contrapeso de las decisiones del Poder Ejecutivo. Seis meses de una vertiginosa actividad en comisiones y en el pleno.
Sin embargo, nada de eso hasta ahora parece traducirse en un beneficio tangible para sus electores. Los diputados siguen siendo una figura lejana y sin vinculación con la vida cotidiana. Resulta imprescindible que los legisladores regresen a sus distritos y expliquen qué hacen y de qué sirve. La agenda legislativa es abultada: la Ley Issemym, la reestructuración de la deuda y hasta los matrimonios igualitarios. Pero eso cómo afecta a los votantes.
————————–
En política la forma es fondo. Primer acto: Juan Pedro García recibió una oficina en la sede del PRI estatal. Su organización metaestatutaria debe hacer su propia labor para promocionarse. No hay foto ni evidencia de su inclusión. Siente haberse ganado la Lotería. Le mandaron las llaves de un cuarto con su escritorio. Segundo acto: Alejandra del Moral y Ernesto Nemer organizan un evento público. Alejandra le entrega a Nemer una oficina para los diputados federales. Los legisladores y Del Moral se toman la foto. La difusión se hace por redes y los canales oficiales del PRI estatal. Ahí está Aguilar, Roa, Velasco, Zarzoza, Beltrán. Ausencias: Ana Lilia y Luis Miranda.
Alejandra del Moral no sólo ha pintado sus distancias con una organización. Del Moral tiene el apoyo de César Camacho. Con la evocación pública se deja arropar por Nemer. La dirigente priísta se siente cobijada por Nemer – Miranda. En la acera de enfrente, sólo alcanza para una pizca de apoyo -con selfies– desde el DIF y un secretario de organización, que no con la toma de decisiones ni del gobernador ni del partido.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
