Toluca, Edomex. 26 de febrero de 2018.- La semana pasada, Martha Vianey Luque Insunza rindió protesta como senadora de la república. Ella asumió el espacio que dejo vacante María Elena Barrera Tapia, que buscará convertirse en diputada local por Toluca. La trayectoria política de Luque Insunza, aunque de corta trascendencia, no ha escapado del escándalo. Entre 2009 y 2012, fue cuarta regidora de Tecámac, durante la tercera administración municipal que encabezaba Aarón Urbina Bedolla. Al término de esa gestión, fue electa senadora suplente de Barrera Tapia.
Desde Tecámac, fundó una asociación civil denominada Asociación de Mujeres Comprometidas por el Bien Común. Desde esa posición, entre noviembre de 2014 y agosto de 2015, Vianey Luque obtuvo un par de contratos por un monto de 833 mil 620 pesos para “servicios de asesoría y acompañamiento” por parte del Instituto Nacional de las Mujeres, que preside la atlacomulquense Lorena Cruz Sánchez, bajo sospecha de un sostenido conflicto de interés, de la prolífica administración peñista.
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Ayer, el candidato presidencial, Ricardo Anaya intentó justificar la compra de un terreno, y posterior venta de una nave industrial en su natal Querétaro. De inmediato, Aristóteles Núñez, exjefe del SAT, saltó –desde su cuenta personal de twitter- al debate para cuestionar las explicaciones del panista, particularmente por sus declaraciones fiscales para justificar préstamos personales y empresariales. Está claro que el círculo cercano del peñismo será en los próximos meses un ejército digital, en un intento desesperado por levantar la campaña de José Antonio Meade.
Lo cierto es que Aristóteles Núñez resultó altamente cuestionado -a través de la comunidad tuitera- por su agudeza para desnudar al panista, y su obcecada actitud frente a conflictos de interés del peñismo como la Casa Blanca y la Casa de Malinalco de Luis Videgaray; o los escándalos de corrupción como la Estafa Maestra, y los gobernadores hoy encarcelados o procesados por desvío de recursos. Y es que en su paso por el SAT, Aristóteles no vio nada raro entre sus compañeros priístas ni mucho menos en contra de sus jefes.
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Alejandra Arias, fue nombrada subprocuradora ambiental en el sexenio pasado. Hace poco más de dos años, ordenó arbitrariamente cerrar alrededor de 15 centros caninos bajo el mando de los ayuntamientos, con el único propósito de congraciarse con asociaciones protectoras de animales y del mismísimo actor, Eugenio Derbez. En su actuación pública, Arias apelaba a un manto protector por parte de Isis Ávila, hija de Eruviel. Tiempo después, administró su bono político y se alejó de las asociaciones civiles, que le reclamaron negligencia en su toma de decisiones.
Ante la andanada de denuncias por acoso sexual de los últimos días, en la escena pública nacional, Arias aprovechó el fin de semana, para revelar que fue despedida en noviembre pasado injustificadamente, y víctima de acoso laboral. Ahora bien, la subprocuradora omite que su encargo era de confianza, y susceptible de ajustes como todos los mandos medios y superiores. Sin embargo, sin el arropo de Ávila, ella dejó de trabajar en el gabinete delmacista.
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