Toluca, Edomex. 25 de septiembre de 2017.- A propósito de la corrupción rampante que se atribuye al exsecretario de Salud, César Gómez Monge, tras el temblor se debe contemplar los daños sufridos de infraestructura de las instalaciones hospitalarias edificadas bajo su cargo. El gobierno delmacista tiene por delante, la posibilidad de evaluar la edificación de infraestructura deficiente por causa de la corrupción. Ahí está, sólo como ejemplo, el área de Oncología del Hospital del Niño en Toluca.
Los procesos de entrega – recepción están siendo vigilados con lupa por parte de los funcionarios entrantes. Aunque muy pronto, parece que Eruviel Ávila ha quedado en el olvido, por delante el exmandatario y su círculo más cercano, tendrán un largo camino. Del Mazo percibe en la traición de la campaña, una razón de peso para ser implacable con quiénes hayan operado en su contra. Y mientras falte sacudirse de algunos funcionarios, hay quien asegura que Del Mazo duerme con el enemigo en casa.
—————–
Raúl Domínguez Rex, designado subsecretario de gobierno la semana pasada, es uno de los funcionarios inconformes en el gabinete. Cuando recibió la llamada de Alfredo para solicitar licencia como diputado, rechazó el cargo. Luego de consultar con otros tres diputados federales, que había aceptado el ofrecimiento, Domínguez Rex reculó su decisión y aceptó sumarse al equipo delmacista. Empero, todavía en pleno desfile del 16 de septiembre manifestó su inconformidad, su enojo y su capricho.
En la legislatura local, al menos dos diputados rechazaron incorporarse como subsecretarios. “Yo estoy para afrontar mayores retos, tengo el oficio político”, cuentan que respondió un legislador que se sentía con un pie en el gabinete. Del Mazo podrá decir que cumplió con su promesa de invitarlos, y así sacudirse el pago de facturas de quienes no son parte de su círculo cercano, y que en la precampaña jugaron sus cartas para otros priístas.
——————-
Este lunes, se cumplen tres años de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Fue ahí, donde el desdén a una tragedia, marcaron el principio del despeñadero del actual gobierno. Luego sobrevino la Casa Blanca y el conflicto de interés, la fuga del Chapo Guzmán y su recaptura, las matanzas Tlatlaya y Nochixtlán, la visita de Trump y hasta el socavón de Cuernavaca. Y en consecuencia, la desaprobación de un gobierno que no entiende que no entiende, concentrado en imponer sus versiones y sus acciones.
De tropiezo en tropiezo, el gobierno peñista ha hecho de la negación su fórmula para comunicar, de la arrogancia su toma de decisiones, y la omisión para perdonar sus errores. Ahí permanecen intactos Osorio Chong, Aurelio Nuño, Videgaray y Ruiz Esparza, responsables de los escándalos más profundos de un peñismo que ha debido asumir los costos políticos en la figura presidencial con un descrédito que se profundiza en cada error, en cada negligencia.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
