Toluca, Edomex. 24 de enero de 2019.- La próxima semana, la Legislatura del Estado de México comenzará con la organización de foros, para atender una nueva reforma al Issemym. Morena cederá a la necesidad de modificar su marco legal, pero con previo análisis a los derechos laborales. El gobierno delmacista ha logrado arrancar con una discusión inaplazable. El nuevo modelo legal deberá escuchar y generar consenso entre todas las partes involucradas. Adiós a los procesos de fast track. Esa es parte del contrapeso que ejerce la mayoría morenista en el Congreso mexiquense.
El pronóstico es que para el mes de marzo, el Issemym tenga nueva legislación que evite el colapso financiero que atraviesa. El proceso de negociación se resolverá en la oficina de Rodrigo Jarque, uno de los más cercanos al mandatario. Otra parte del cabildeo, advierten, deberá atenderse en el despacho de Elías Rescala, quien ejerce el control político. El desafío de Morena se concentra en actuar y votar en bloque. El mayor riesgo es abrir flancos que le permitan al régimen priísta dividir o fracturar a la abrumadora oposición. La Ley del Issemym es una prueba de fuego para ambos, pero tampoco es una batalla.
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Alberto Curi reapareció ayer en un evento público. Acompañó a Del Mazo al aniversario de una industria refresquera. Su paso por la Secretaría de Desarrollo Económico desde hace un año resulta inadvertido. Las cifras macroeconómicas que presume el estado fueron construidas durante sexenios, y derivan de su densidad poblacional. Mucho ha quedado a deber el Estado de México en la promoción económica. Sin embargo, la pérdida de atracción financiera se remonta al lamentable encargo de Adrián Fuentes durante el eruvielato.
Luego vino un tránsito fugaz de Alejandra del Moral, que sólo buscó proyectarse como candidata al Senado. Desde entonces, Curi se instaló en una dependencia que parece omisa en sus funciones. Su posición da la impresión de ser meramente una componenda con la clase libanesa y el exgobernador Chuayffet. Otro desafío que debe asumir Curi es erigirse en interlocutor con el sector empresarial frente al protagonismo que ha alcanzado en los últimos meses la élite política morenista.
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Los ayuntamientos deben encender las luces de alerta. Los nuevos presidentes municipales han llegado con el barrido de sus nóminas y los despidos de “aviadores”. Sin embargo, es necesario revisar los laudos laborales que se requieren resolver. Si hay omisión de los nuevos alcaldes en el cumplimiento de sentencias jurisdiccionales, existe el grave riesgo de que el presidente municipal en turno, junto a sus síndicos y regidores sean destituidos de su encargo. Eso ya pasó en Coacalco el trienio pasado con consecuencias lamentables.
Naucalpan ya puso el ejemplo. Y en lo particular, han reconocido que el monto de laudos por pagar puede colapsar la hacienda pública. Los pasivos heredados corresponden a gestiones de hace 18 años, donde se enumeran a los panistas: Alfredo Contreras, Angélica Moya Marín y José Luis Durán -hermano de la alcaldesa-; y a los priístas Azucena Olivares y David Sánchez Guevara. Por revisar queda la gestión del hoy diputado, Édgar Olvera.
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