Toluca, Edomex; 23 de noviembre de 2020.- Alejandro Fernández Campillo es uno de los hombres más cercanos al gobernador Alfredo Del Mazo, durante los últimos diez años. En la primera mitad del sexenio, se desempeñó como secretario de Obra Pública y de Educación. Fue reemplazado el pasado mes de septiembre. Y apenas el fin de semana, el Potrillo de Huixquilucan reapareció en las distintas mesas de diálogo del priísmo, particularmente en Acolman, tierra del secretario general del PRI local, Darío Zacarías Capuchino.
En el escenario electoral de Palacio de Gobierno, se ha encomendado que Fernández se convierta en diputado federal a partir de 2021. Sin embargo, el delmacismo pretende demostrar que competirán en las urnas y no sólo en las mesas de negociación. Por ese motivo, se precisa que Alejandro será candidato a diputado federal por el distrito 5 con cabecera en Teotihuacan. Pero también será integrado en las listas plurinominales, para asegurar su posición legislativa. El mandatario estatal, poco a poco, empieza a abrir sus cartas electorales.
A propósito del proceso federal, también se ha decidido que Eduardo Zarzosa sea una de las piezas que busque la reelección por el distrito 9, con cabecera en su natal San Felipe del Progreso. Fue uno de los tres legisladores priístas que ganaron en las urnas en los comicios presidenciales de 2018.
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El fin de año se avizora de una promoción acelerada. El próximo jueves, a través de plataformas digitales, la bancada del PAN en la legislatura estatal presentará su segundo informe de labores. Ahí, existen tiradores de diputaciones federales y alcaldías, por lo que pretenden posicionar su imagen desde Cuautitlán Izcalli hasta Zinacantepec, pasando por Tlalnepantla y Atizapán de Zaragoza.
En paralelo, a partir de la próxima semana estará plagada de los informes de los 125 presidentes municipales, muchos de ellos en busca de la elección consecutiva. El informe de gobierno es la parte legítima para promocionar su nombre y su imagen, y todos aprovecharán su momento y su circunstancia.
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Algo raro está ocurriendo entre el personal de confianza del gobierno estatal. Distintos servidores públicos han pedido aclarar su situación actual respecto del fondo de retiro individualizado. Desde el inicio del sexenio, los mandos medios y superiores han aportado distintas sumas monetarias a su fondo de retiro, cantidad que era asemejada por la administración estatal. Lo cierto es que, en tres años transitaron sus aportaciones con tres distintas aseguradoras, y en sus más recientes reportes, existen variaciones que implicarían una reducción de entre 10 mil y hasta 30 mil pesos por cada funcionario. Y nadie sabe resolver sus inquietudes, y eso ha comenzado a causar incertidumbre e inconformidad.
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