Toluca, Edomex. 23 de junio de 2017.- Eruviel Ávila deberá rendir en un periodo de setenta días su sexto y último informe de gobierno. Ahí, el mandatario mexiquense deberá marcar definiciones sobre su futuro político. A partir del segundo informe de labores, Eruviel determinó suprimir los actos faraónicos para reunir a líderes políticos, sociales y religiosos en su monólogo declaratorio. Sin embargo, el esquema podría retomarse a manera de despedida, de recuento, y algunos insisten, a modo de destape.
Eruviel, guste o no, es el gobernador priísta más influyente. Las razones son variadas: gobernar la tierra natal del presidente Peña Nieto, por ser el estado más poblado y el de mayor influencia para los priístas, por la apretada victoria de Alfredo del Mazo, interpretada como referéndum. Ávila invirtió millones de pesos y gran capital político, y es momento de ver a dónde se encamina. Eruviel puede no estar en el ánimo presidencial, pero aparece en las encuestas sólo detrás de Osorio Chong, y la recta final de su mandato será crucial para sus aspiraciones.
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El rector de la UAEM, Alfredo Barrera Baca ha decidido imprimirle su propio sello a su administración. Es un hombre de bajo perfil, sin la estridencia o la frivolidad protagónica del pasado. Eso ha generado dudas, y en algunos casos, comentarios mal intencionados a su gestión. En el fondo, persisten quienes han desatado una guerra de opiniones por intereses económicos o políticos. Sin embargo, Barrera no se dobla, y apuesta a que el tiempo y los resultados le den la razón, sin tanto tributo al ego al que algunos se acostumbraron.
El rector universitario busca recuperar la confianza en una institución educativa de prestigio, pero que se vio involucrada en escándalos de malos manejos financieros que ya tienen a algunos en la cárcel . La estrategia no puede limitarse al control informativo o al manejo de crisis, sino a ejecutar acciones que lo demuestren.
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El panismo ha comenzado una serie de definiciones rumbo a la elección presidencial, sin embargo, en el Estado de México su posición electoral es lastimosa. En los comicios del pasado 4 de junio, la candidata panista Josefina Vázquez Mota sólo triunfó en el municipio de Soyaniquilpan. No queda ni sombra del otrora corredor azul, donde imponía una hegemonía en zonas urbanas como Tlalnepantla, Naucalpan y Atizapán. Hasta en Toluca, que alguna vez gobernó, se relegó hasta la cuarta posición electoral.
Los liderazgos panistas trabajan por separado, y abonan a intereses sectarios. Ahí se identifica a Ulises Ramírez -líder del grupo Tlalnepantla-, José Luis Durán, Juan Carlos Núñez Armas, y un emergente Enrique Vargas del Villar. Entre todos, pueden tener de vuelta al panismo en los comicios del año entrante, o bien, cavar la mayor tumba electoral. El PAN que pretende regresar a Los Pinos no debe perder de vista que aquí está el mayor padrón electoral del país.
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