Toluca, Edomex. 22 de febrero de 2018.- Los cargos en el gabinete peñista no se acaban para cobijar a la clase gobernante mexiquense. En las últimas semanas, decenas y decenas de mexiquenses se han sumado a la primera línea del gobierno federal. Todo apunta a que el presidente Peña Nieto tiene aún muchos compromisos por cumplir para el Grupo Atlacomulco. Ayer, en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, que encabeza Rosario Robles, se integró un paisano más del peñismo, y otro cambió de oficina.
Gerardo Hernández Tapia -cercano al inefable César Camacho Quiroz- fue designado como director general del Instituto Nacional del Suelo Sustentable; en su más reciente cargo fue subsecretario de desarrollo municipal del gobierno eruvielista. En tanto, Xavier Lazcano Díaz, sólo tuvo que modificar su oficina, para abandonar la Oficialía Mayor, y ahora incorporarse como titular del Fondo Minero; más vinculado al peñismo, con quien fungió como director general del DIF estatal, se mantendrá en el gabinete federal hasta que concluya el sexenio.
En la víspera, Raúl Vargas Herrera se convirtió en el nuevo director de asuntos jurídicos de la Secretaría del Trabajo que ahora encabeza Roberto Campa Cifrián. El exsecretario del medio ambiente eruvielista ya se sumó a las oficinas ocupadas en Paseo de la Reforma con vista a la glorieta de Colón.
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En 2001, cuando Vicente Fox y Arturo Montiel acariciaban el sueño de construir un aeropuerto en Texcoco, la principal oposición político vino desde el entonces jefe de gobierno del extinto Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador. Arropado por un grupo de ejidatarios de Atenco y un rechazo social creciente, el primer presidente panista determinó cancelar la terminal aérea, en una derrota histórica para el montielismo, que debió esperar doce años para relanzar su proyecto aeroportuario con Peña Nieto instalado en Los Pinos.
En la pasada campaña electoral, Delfina Gómez de Morena, fue altamente criticada por el priísmo, ante la pronunciada negativa de López Obrador en la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco. El entonces candidato y hoy gobernador, Alfredo del Mazo, insistió que cancelar el proyecto aeroportuario pondría en riesgo la creación de 500 mil empleos para mexiquenses asentados en la zona oriente, la más populosa del estado. Gómez no se movió un ápice y mantuvo su rechazo a la terminal aérea.
En la víspera, al interior del cuarto de guerra de López Obrador, se plantea sostener una postura más mesurada. Andrés Manuel estaría a favor de valorar la continuación del nuevo aeropuerto, que se edifica en el principal bastión electoral del candidato presidencial en el Estado de México. Y de ganar en las urnas, ya como presidente daría su visto bueno al aeropuerto, evitando sobre todo los costos políticos sobre su oposición al proyecto de infraestructura más ambicioso del peñismo.
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