Toluca, Edomex. 21 de abril de 2017.- Josefina Vázquez Mota ha prometido la creación de 10 mil empleos mensuales. La apuesta de la panista parece inalcanzable. Cada año se deberían registrar 120 mil nuevas fuentes laborales. Al finalizar el sexenio entrante, Vázquez Mota habría incrementado 720 mil empleos entre los mexiquenses. Con pocas luces sobre su propuesta, Josefina pretende erigirse en la gobernadora del empleo, como su exjefe Felipe Calderón se asumió como el Presidente del Empleo… ¡y falló!
Las cifras más recientes del empleo del Estado de México anticipan que entre enero de 2015 y diciembre de 2016, se registró un crecimiento de 107 mil nuevas fuentes laborales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. Es decir, ni siquiera en 24 meses se alcanzan las cifras contempladas por Josefina. A esa presuntuosa promesa de campaña, Vázquez Mota adereza que serán empleos bien pagados, para derribar los trabajos precarios que imperan en el país, y donde el Estado de México no es la excepción.
Lo cierto es que Josefina no es la única que promete en materia laboral. Del Mazo ha comprometido fuentes de trabajo cerca de los hogares mexiquenses. El panorama económico del priísta busca revertir la imagen que se tiene del Estado de México, que se ha erigido en un mero dormitorio para miles de empleados que tienen su centro de trabajo en la Ciudad de México. En esencia, tanto Josefina como Del Mazo inciden más en las emociones y aspiraciones de la clase trabajadora que en realidades alcanzables y tangibles.
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Este viernes, el perredista Juan Zepeda visita la Universidad Autónoma del Estado de México. La accidentada asistencia de Alfredo del Mazo a la UAEM el pasado martes, debe servir para cuidar una presentación que le garantice igualdad de condiciones, aunque eso no implica que también lo presenten como el próximo gobernador. Las redes sociales marcarán el pulso de la comunidad universitaria, y eso también debe significar un mensaje de tolerancia.
No sólo será importante conocer el recibimiento que tendrá Juan Zepeda tanto de las autoridades como de la comunidad universitaria; sino de su participación en general. No hay que perder de vista que en las vísperas de la definición de las candidaturas, desde algunos sectores del perredismo local se impulsaba el nombre del propio rector universitario para encabezar la fallida alianza opositora con el PAN y derrocar al régimen priísta.
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