Toluca, Edomex. 20 de marzo de 2017.- Quedan poco claras las razones de rompimiento de la alianza entre el PT y el PRD, aunque todo apunta que es la falta de acuerdos para las elecciones… pero de 2018. En el discurso, Óscar González ha manifestado su rechazo a la candidatura de Juan Zepeda y su apuesta a una candidatura ciudadana. Sin embargo, ese argumento no es tan convincente, cuando el PT ha sido un partido dedicado a subsistir de coaliciones que les permitan la supervivencia o alguna mínima representación, cuyas candidaturas han recaído sistemáticamente en los mismos de siempre.
En los últimos veinte años, Óscar González, Carlos Sánchez y Joel Cruz han sido una y otra vez diputados locales. En el caso de Óscar y Carlos ya también fueron alcaldes de Metepec y Jiquipilco. Mantienen reductos de poder que son su apuesta de negociación. Otros petistas como Joel Cruz y Norberto Morales se han topado con pared en su intento por las alcaldías de Zinacantepec y Tenango del Valle. A propósito de la equidad de género, en el PT no se conocen mujeres destacadas que hayan logrado ser parte de las cuotas de poder.
En la más reciente elección nacional, el PT perdió su registro ante sus escasos niveles de votación. Se jugó una última carta en una elección extraordinaria por un distrito en Aguascalientes. En esos comicios, operadores priístas del Estado de México habrían hecho lo suficiente para que el PT obtuviera los votos necesarios por conservar su registro. Desde entonces el petismo liderado por Óscar González se habría comprometido a romper cualquier alianza en tierras mexiquenses, y esa sería la razón verdadera de ir en solitario.
En tanto, el PRD tiene cuesta arriba la competencia por delante. En las encuestas aparece en el cuarto lugar; y se advierte un profundo divisionismo en su interior. Mientras que la fractura de alianza con el PT supone un revés que es muestra inequívoca de que la iziquierda está fracturada, y que las mejores condiciones electorales hoy se decantan a favor de Morena. La debacle se advierte con severidad para los comicios presidenciales y locales del año entrante, donde el PRD podría ceder algunos espacios de poder de los que hoy todavía son sus bastiones electorales.
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Por iniciativa del gobernador Eruviel Ávila hace más de seis meses se convocó a los 125 municipios a buscar obras de infraestructura que pudieran recibir el nombre de Shimon Peres, en honor al premio Nobel de la paz y expresidente de Israel. Hasta ahora, sólo un alcalde ha adoptado la propuesta eruvielista, se trata del panista, edil de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar. La iniciativa de Ávila parece haber resultado benéfica para la oposición.
Enrique Vargas no sólo ha lanzado un guiño a Eruviel sino que también ha logrado un acercamiento con la comunidad judía, de amplia influencia económica y política en el municipio que gobierna. Aprovechando la coyuntura política, en la víspera electoral Vargas ha asestado un buen golpe, en la misma tierra que gobernó el precandidato priísta a la gubernatura, Alfredo del Mazo Maza.
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