Toluca, Edomex. 17 de enero de 2019.- Resulta difícil de pensar que el apoyo otorgado por la bancada del PRI a la aprobación de la Guardia Nacional, sea meramente una concesión institucional, cuando por delante existe una connivencia sustancial que se tenga como propósito fundamental, conservar el pacto de impunidad para el expresidente, Enrique Peña Nieto. El peñismo no pasa por su mejor momento, y las presiones a López Obrador para juzgar a los expresidentes, transita por la viabilidad de su gobierno y la posibilidad de tener una mayoría calificada en la Legislatura Federal las veces que sea necesario. Ahí se puede explicar el respaldo del priísmo al proyecto presidencial.
De los 42 votos priístas, ocho fueron mexiquenses. Sólo se registró la ausencia de Laura Barrera. Ahí estuvo el voto en bloque sin cortapisas. El delmacismo también dio muestras de su voluntad política en San Lázaro, que en determinado momento deberá exigir una retribución desde la Legislatura Estatal. Aquí mismo deberá aprobarse las reformas constitucionales para validar la nueva configuración de seguridad pública. Pero también aquí está pendiente por aprobar la Ley del Issemym abrogada por la bancada morenista el año pasado. En política favor con favor se paga.
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Paulatinamente Alfredo Del Mazo pretende generar los ajustes a su gabinete. Hace un par de días realizó algunas modificaciones en la Contraloría del Estado. Ayer, puso a un hombre de sus confianzas en la CAEM. Y más allá de las designaciones futuras, se advierte que el mandatario da por pagados sus compromisos políticos, particularmente los adquiridos durante su campaña electoral. En la coyuntura se sacudirá a los actores ajenos a su proyecto político. En adelante, deberá delinear un gabinete que le permita alcanzar los objetivos de su mandato.
Las apuestas se decantan para que Del Mazo fortalezca a su grupo político. El círculo cercano que le ha venido acompañando en su trayectoria parsonal, desde Huixquilucan hasta la Legislatura Federal. En la medida que Alfredo tenga un grupo sólido podrá ir pensando en la trascendencia de su mandato. Las elecciones intermedias, a dos años de distancia, son el momento crucial para definir su aún lejana sucesión gubernamental. Sin embargo, Del Mazo asume la necesidad de su propio liderazgo, en los momentos más aciagos del Grupo Atlacomulco.
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El desabastecimiento de gasolina que padece el Valle de Toluca va para largo. Los sabotajes registrados en el ducto de Tula a la capital mexiquense exhiben la agudeza del robo de combustible en el norte de la entidad. No obstante, más allá de buscar alternativas en el suministro de hidrocarburos, parece inaplazable sortear una estrategia para combatir a estos grupos criminales, y permitir la apertura del ducto a la brevedad posible. Aun cuando se trata de un delito del fuero federal, resulta indispensable una coordinación institucional para abatir esa criminalidad.
Por ahora lo que sobran son discursos, conferencias y buenas intenciones. Lo cierto es que la escasez de gasolina ya se extiende por casi tres semanas, y se ve cada vez más cercana la posibilidad de invisibilizar el problema, y transitar hacia la normalización de hacer filas por el combustible, antes que darle una solución a quienes consumen combustibles.
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