Toluca, Edomex; 8 de noviembre de 2022.- En el PRI, presumen unidad rumbo a la elección por la gubernatura, pero todas las señales marcan la coyuntura hacia una ruptura irreversible e indeseable, repleta de incertidumbre.
Por un lado, Ana Lilia Herrera se mantiene firme en dos elementos: reivindicarse como aspirante a la candidatura priísta, hasta en tanto no haya una convocatoria definida y se le impida el paso de su ambición en el registro; y una reticencia por sumarse a la cargada de reconocer a Del Moral como la abanderada.
Aunque se evidencia que, detrás de su pretensión, hay quien la mal aconseja para hacer del chantaje y el amago, sus manuales de negociación. Entre más tiempo pasa, menos podrá negociar amistosamente con las élites políticas.
En la acera de enfrente, está claro que el gobernador Alfredo Del Mazo carece de hombres o mujeres que entiendan la naturaleza del priísmo; y los operadores políticos, tanto del partido como en el gobierno, han sido incapaces de sumar a todos los grupos de interés a favor de la virtual candidatura de Alejandra del Moral. Con esas dolencias y limitaciones afrontará la elección de 2023.
Ahora, ha sido el propio Del Mazo quien ha tenido que asumir la tarea de concertación y consenso en torno a su delfina política. Se distrae en temas que deberían ya estar resueltos, y no le corresponden; ayer se reunió con Laura Barrera y Ricardo Aguilar, y se prevé que, a la brevedad pueda con-vencer a Ana Lilia de mantener la unidad en el priísmo local; una tarea que les corresponde a otros, pero que, hasta ahora, sólo han servido para la selfie.
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¡Quién lo diría, pero el Partido Verde Ecologista podría ser el factor que decida el triunfo de la elección de 2023! En la víspera, la dirigencia del PVEM ha anunciado que decidirá su posible alianza electoral a través de una consulta a la base. Lo cierto es que, sus más de 300 mil sufragios -identificados como voto duro- podrían significar el diez por ciento de los votos necesarios para ganar los comicios del año entrante. Esa podría ser la diferencia entre vencer o morir.
Ahora bien, aun cuando el Verde ha ido en alianza a nivel nacional con Morena, en el caso particular de los comicios locales del Estado de México -de 2015 a la fecha- jamás ha construido coalición con el partido guinda. En esa ecuación, nadie puede descartar que el PVEM valore construir una alianza hasta con los priístas, y ahora sí, exigir cuotas en el ejercicio de la alta burocracia -que se le han negado tras los triunfos de las gubernaturas de 2005, 2011 y 2017-, a partir de los gobiernos de coalición impulsados por los panistas y perredistas. Nadie sabe para quién trabaja, y los ecologistas pueden deshojar la margarita.
Sobra decir que, el PRI buscará ir en alianza con todos -menos con Morena y la rémora del PT-; pero en su intento por volverse competitivos, pretenden sumar al PAN, al PRD, al MC; sin soltar posiblemente al PVEM y Nueva Alianza, que sumaron votos para su causa en los triunfos de Eruviel Ávila y Alfredo Del Mazo.
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