Toluca, Edomex. 8 de julio de 2016.- Enrique Ochoa Reza se convertirá en el próximo dirigente nacional del PRI. De formación tecnocrata, es economista por el ITAM y abogado por la UNAM. Del grupo político del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso. Con una cuestionada militancia priísta y escasa experiencia partidista, el reto inmediato de Ochoa será, sin duda alguna, la elección del Estado de México, pasando por el ungimiento del candidato a la gubernatura.
Ochoa Reza se desempeña como director general de la Comisión Federal de Electricidad, en donde reemplazó al tenanguense Francisco Rojas, por su oposición a la reforma energética impulsada por los itamitas en el gobierno. Enrique se vio involucrado en la trama de llamadas telefónicas sobre el escándalo OHL y la obtención de contratos desde el Gobierno de la República, a través de Pemex y CFE. Ahora, Ochoa sustituirá a la atlacomulquense, Carolina Monroy, quien todavía sueña con la gubernatura local.
A partir de la próxima semana, Carolina Monroy será una militante más del priísmo. Con la derrota electoral de junio pasado, asumirá el costo político de perder su posición de privilegio. Entre su tarea legislativa y su aspiración personal pretende mantenerse como una de las cartas viables a la candidatura del PRI, pero con mayor dificultad para atraer reflectores ya sin el cargo del partido en el poder. El desafío no parece sencillo para quien hasta hoy sigue siendo la dirigente nacional del PRI.
A propósito del tema sucesorio, el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ernesto Nemer Álvarez hará presencia en el Estado de México, en un intento desesperado para sumarse a la lista de aspirantes a sustituir a Eruviel Ávila como gobernador mexiquense. En una gira de promoción personal, donde firmará convenios de colaboración con el Gobierno del Estado de México, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, la Universidad Autónoma del Estado de México y hasta con Asociaciones Empresariales, Nemer pretende sumarse a la carrera sucesoria de forma casual, pero sin el empuje que llegó a tener hace seis años.
Para Nemer, hoy las circunstancias parecen no ser favorables. No está ni en los afectos del presidente Peña Nieto, ni en el arropo del exgobernador Emilio Chuayffet. Tampoco se encuentra en la baraja de posibilidades de Eruviel. Su posición política le dificulta acercarse con facilidad al Estado de México para pisar tierra y placearse en su geografía. Nemer ha comenzado a padecer síntomas de desesperación y eso más que ayudarle, le perjudica.
Ayer Enrique Peña regresó a la tierra de origen. Estuvo de gira por Toluca para anunciar la generación de 2 millones de empleos a lo largo de casi 4 años de gobierno. Peña tendrá una acentuada participación de los temas políticos y sociales de los meses por venir, porque el Estado de México es de su mayor interés. Estuvo acompañado por el gobernador Eruviel Ávila y el secretario del Trabajo, el también mexiquense, Alfonso Navarrete Prida. Peña Nieto no abandonará la sucesión mexiquense para garantizar lealtades al término del sexenio eruvielista y buscar un último tanque de oxígeno para el priísmo nacional de cara a la sucesión presidencial de 2018.
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