Toluca, Edomex. 07 de febrero de 2017.- El discurso beligerante en contra de Andrés Manuel López Obrador no es novedoso para el priísmo mexiquense. En la lejana elección de 2003, el entonces secretario general de gobierno, Manuel Cadena arremetía en contra de la exdirigente perredista y hoy colaboradora del peñismo, Rosario Robles y el avance del lopezobradorismo en el centro del país. Lo cierto es que la presencia constante de Andrés Manuel en tierra mexiquense no es ilegal, pero sí inquieta a las huestes de la clase gobernante, en la víspera de la elección más competida de la historia reciente.
El encono de López Obrador con el Grupo Atlacomulco acumula tres lustros de disputas políticas. El fallido proyecto del aeropuerto en Texcoco durante el sexenio montielista, se atribuyó al empuje del tabasqueño con el grupo de ejidatarios que encabezaba Ignacio del Valle. Tras la cancelación de la terminal aérea, el gobierno de Arturo Montiel emprendió procedimientos legales en contra del gobierno lopezobradorista por la sobreexplotación del agua potable y la contaminación que representaba la basura del extinto Distrito Federal en basureros mexiquenses.
La mayor confrontación se vivió en la elección presidencial de 2012. El mexiquense Enrique Peña contendió contra López Obrador. Pese a que Peña Nieto arrancó con amplia ventaja, Andrés Manuel logró un crecimiento sostenido, y puso al borde del colapso electoral al priísmo mexiquense. El triunfo peñista estuvo ensombrecido por el movimiento Yo Soy 132, promovido desde las aulas de la Universidad Iberoamericana por el lopezobradorismo. En la mira electoral de Andrés Manuel siempre estuvo vigente el Estado de México.
En los comicios intermedios de 2015, López Obrador estrenó partido político. De la mano de Morena, en el Estado de México logró un par de triunfos: la alcaldía y la diputación federal de Texcoco. La diputada federal Delfina Gómez obtuvo la mayor cantidad de votos para Morena en todo el país. Hoy, Delfina Gómez es la candidata de López Obrador para la gubernatura mexiquense. Pese a la desconfianza que causan las encuestas, Delfina aparece en segundo lugar entre las preferencias del electorado.
Andrés Manuel no confía en la clase política mexiquense, ni siquiera en la que forma parte de Morena. Por esa razón, el dos veces candidato presidencial se ha convertido en coordinador de campaña de Delfina. López Obrador hace proselitismo a favor de su candidata, y personalmente supervisa la estructura de su partido rumbo a los comicios de 2017, pero sobre todo, los de 2018. El Estado de México ya lo ganó López Obrador en los comicios de 2006, con más de 2.5 millones de votos, y hoy busca una nueva hazaña.
En tiempos de precampaña electoral, la atención mediática se ha profundizado en la polarización entre el PRI y Morena. El encono ya manifiesto entre Alfredo del Mazo, el candidato de la élite política de Atlacomulco; en contra de Delfina Gómez, una profesora de escuela primaria con escasa formación política que busca derrocar al régimen de 81 años en el poder.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
