Toluca, Edomex. 05 de mayo de 2019.- No sorprende que la dinastocracia se siga instalando en posiciones de poder; lo que sí asombra en el caso de Luis Miranda hijo, es que trabaje en el despacho del senador Eruviel Ávila. Durante los últimos ocho meses, a través de su cuenta de Instagram, ha publicado actividades recurrentes tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados Federal. De un lado a otro, no había definiciones claras sobre su actividad profesional o pública. Pero paso a paso lo ha ido esclareciendo.
El pasado miércoles, Miranda difundió una fotografía junto al exgobernador Eruviel Ávila, con motivo del cumpleaños del segundo a quien escribió: “Feliz cumpleaños al mejor jefe: @eruviel_avila”. El viernes pasado, publicó una nueva fotografía desde Ecatepec, durante el informe de labores legislativas del senador plurinominal. De acuerdo al portal Sin Embargo, Luis Miranda no aparece en la plantilla de personal ni tampoco en el registro de la Dirección General de Recursos Humanos del Senado; y trabaja con Ávila bajo la figura de Prestador de Servicios Profesionales.
Lo que llama la atención es la cercanía intempestiva entre Eruviel Ávila y Luis Miranda, de quienes siempre se ha especulado una relación personal y política con rispidez. La conclusión del peñismo, la defenestración de Luis Videgaray y las derrotas comunes los han encontrado. La connivencia entre ambos, uno diputado federal y el otro senador, está por encima de lo legislativo y se impone en lo político, en el poder público y en lo que resta del priísmo local.
El eruvielismo no pasa por su mejor momento. Su círculo cercano parece desplazado de la clase gobernante. El pasado viernes, Ávila regresó a su natal Ecatepec para rendir su informe legislativo. Origen es destino, y buscará recuperar el terreno perdido. En contraste, Luis Miranda mantiene un paso sigiloso en San Lázaro, pero su grupo político tiene profunda influencia en el gabinete delmacista. Miranda, es uno de los herederos del peñismo que se mantiene activo, y con intereses políticos profusos.
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Para quienes dudan sobre la incidencia delictiva, basta voltear a la mismísima clase gobernante que padece los efectos criminales. Ricardo Núñez Ayala, alcalde de Cuautitlán Izcalli, fue víctima de un “cristalazo” de su automóvil mientras acudía a una reunión de trabajo en la colonia Lago de Guadalupe.
Cerca del mediodía del domingo, Núñez Ayala y su esposa estacionaron su vehículo a unas calles de distancia, de una reunión que sostuvieron con comerciantes de la región. Al regresar a su automóvil, la ventana del copiloto estaba rota, de donde asaltaron la bolsa de mano de su esposa, que tenía identificaciones y tarjetas bancarias.
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