Toluca, Edomex. 05 de mayo de 2017.- Ante las altas posibilidades de que el PRI pierda la Presidencia de la República en las elecciones del año próximo, su último reducto electoral y de poder político se concentra en el Estado de México. La desbandada que se anticipa de funcionarios federales mexiquenses en caso de entregar el poder presidencial, advierte que su refugio presupuestal y político sería la gubernatura mexiquense. Por esa sencilla razón resulta inadmisible e inimaginable una eventual derrota del Alfredo del Mazo. Aunque en secreto, ya muchos han comenzado a preparar maletas para regresar a casa del sueño que se convirtió en pesadilla por gobernar desde Los Pinos.
Para colmo de males del priísmo mexiquense, hoy Alfredo del Mazo -heredero del poder dinástico- enfrenta la elección más competida de la historia. Como nunca antes existe la posibilidad real de perder en las urnas. Con todo y que el PRI mexiquense cuenta con la estructura electoral más robusta del país, es hoy en día el partido más repudiado por los votantes. A esa repulsión se suma el defecto Peña, acentuado por ser el presidente con mayor desaprobación popular desde que existen las mediciones mediante encuestas.
En paralelo, Morena experimenta un crecimiento inédito e inusitado. López Obrador simboliza para amplios sectores sociales la posibilidad de vencer al priísmo hegemónico. Delfina Gómez parece blindada ante los ataques furtivos de la oposición. La candidata de Morena se mantiene sólida en el segundo lugar de las encuestas, y en algunos ejercicios en el primer sitio de las preferencias. En su primera elección de gobernador, Morena pelea palmo a palmo con el partido más empoderado y de mayor peso político y económico del país.
La estrategia priísta apuesta a contener el crecimiento de Morena en el Valle de México, la región con mayor densidad poblacional. En el granero electoral mexiquense, Alfredo del Mazo tiene como desafío sostener un empate técnico con Delfina Gómez en los municipios clave: Ecatepec, Neza, Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Texcoco y Toluca. Mientras que en municipios semiurbanos y rurales, capitalizar una ventaja suficiente que le permita ganar por encima de los 200 mil votos de diferencia. El voto verde sería la clave del priísmo.
Josefina hace intentos para no caer y mantenerse en la pelea, y Juan Zepeda, intenta remontar la desventaja que le provocó ser el último de los candidatos en ser postulado por su partido. La apuesta de ambos es que Delfina deje de crecer y la elección se vaya a cuartos.
Mientras Alfredo depende de la eficiencia de su estructura electoral; Delfina contempla la necesidad de una alta participación electoral acompañada del voto útil. Una polarización en la competencia favorece a Gómez; una dispersión del voto opositor y antipriísta representa una ventaja para Del Mazo.
Óscar González y Teresa Castell tienen nulas posibilidades de ganar en la elección de junio. Lo cierto es que los puntos que ellos acumulen, son votos que le restan a la izquierda, en particular a Delfina Gómez. En el fondo, al PT les resulta más conveniente una victoria del PRI, con quien ya se han acostumbrado a cogobernar y repartir cuotas de poder mediante componendas políticas.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx