Toluca, Edomex. 4 de abril de 2017.- La elección del Estado de México ha concitado como nunca antes el interés de la clase política nacional. Todos los partidos políticos sin distingo, ven en la entidad mexiquense el semillero de votos suficiente y necesario para la elección presidencial. Es aquí, donde el PRI tiene su último bastión electoral y reducto de poder. La oposición, avizora en el Estado de México la oportunidad de abrir brecha rumbo a los comicios del año próximo, y una puerta de entrada hacia Los Pinos. Aquí están sus esfuerzos proselitistas.
En las primeras horas de la campaña mexiquense, se han concentrado ya los dirigentes nacionales de las cuatro principales fuerzas políticas. Acompañando a sus candidatos a la gubernatura han transitado Ricardo Anaya, Enrique Ochoa, Alejandra Barrales y Andrés Manuel López Obrador. El Estado de México se convertirá en el búnker electoral ante el potencial de votantes, y por primera vez, una alta posibilidad de alternancia. La renovación de la gubernatura ha dejado de ser un asunto de política local, para convertirse en un tema de interés nacional.
En las últimas semanas se ha registrado y documentado la presencia permanente de secretarios de Estado como Rosario Robles, José Narro, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, Rafael Pacchiano y Francisco Guzmán. La observancia del gabinete peñista anticipa su interés por favorecer la candidatura de Alfredo del Mazo. La elección mexiquense es una tarea permanente asignada a la agenda cotidiana del gabinete federal. Los secretarios de Estado no abandonarán el Estado de México, y seguirán en su encomienda hasta el próximo 4 de junio.
En las semanas por delante, algunos gobernadores ya tienen prevista su asistencia en actos de campaña. Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles y Graco Ramírez acompañarán a Juan Zepeda. Lo mismo ocurre con Miguel Ángel Yunes, Francisco Domínguez, Javier Corral y demás panistas que arroparán a Vázquez Mota. Y de la cargada priísta, ya se alistan Ignacio Peralta, Aristóteles Sandoval, Claudia Pavlovich y Manuel Velasco a favor de Alfredo del Mazo. Todos los liderazgos regionales y estatales volcados a la causa mexiquense.
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Vaya paradoja que enfrentan López Obrador y Felipe Calderón en la elección del Estado de México. En los últimos años, ha sido recurrente el ataque sistemático emprendido por Andrés Manuel en contra de Margarita Zavala, a quien denosta por su condición de ser esposa del exmandatario mexicano. Zavala ha dicho en su defensa, que López Obrador peca de misoginia por recurrir a su relación marital para descalificarla políticamente. En esencia, el líder de Morena acentúa que la aspiración presidencial de Margarita tiene un tufo de reelección calderonista.
A propósito de la elección mexiquense, ahora Calderón ha fustigado la candidatura de Delfina Gómez de Morena, de quien cuestiona si se trata de su nombre propio o de su condición manipulable por parte de López Obrador. Ante la aguda crítica del calderonismo a Delfina, ahora Morena ha salido en defensa de su candidata, catalogando a Calderón de violencia de género, quien ha incurrido en una descalificación misógina para desacreditar a la abanderada morenista. En ambos casos, se aplica aquella máxima de ¡hágase la ley en los bueyes de mi compadre!
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