Toluca, Edomex. 4 de febrero de 2016.- La acción de gobierno de los mandos medios y superiores del gobierno del Estado de México y algunas autoridades municipales, se ha enfocado en las últimas semanas en alistar la visita del Papa Francisco a Ecatepec, prevista para el próximo domingo 14 de febrero. La instrucción es faltar la semana entrante a sus oficinas y ocuparse de tiempo completo en afinar los detalles del evento magno para más de 300 mil personas, sin menoscabo de sus reales funciones y responsabilidades. ¿Y el Estado laico?
Muchas son las autoridades estatales y municipales que harán presencia en la misa que ofrecerá Francisco en Ecatepec. La instrucción es que todos los asistentes deberán llegar con 48 horas de anticipación a Ecatepec y sus alrededores. La entrada al campo en que se realizará la misa está prevista entre las 4:00 y las 6:00 horas del domingo 14 de febrero, con boleto en mano y folio numerado. La espera se prolongará por seis horas, entre el ingreso al recinto y el comienzo de la misa, programada para las 12 del mediodía de dicho domingo.
Ecatepec no es ni lejanamente un sitio de atractivo turístico. La realización de la misa del Papa Francisco responde meramente a un capricho político del exobispo de esa diócesis, Onésimo Cepeda, bajo auspicio del hijo pródigo de Ecatepec, Eruviel Ávila. En el populoso municipio, sólo se tiene garantizado una amplia audiencia, pero resulta inviable la promoción de la región hacia los visitantes que acudirán a ver y escuchar el mensaje del máximo jerarca de la Iglesia Católica.
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Muchas lecciones deberá dejar para la clase política mexiquense el ungimiento de Omar Fayad como candidato del PRI a la gubernatura de Hidalgo. Fayad se impuso al delfín del poderoso secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, quien se inclinaba a favor de Nuvia Mayorga, su exsecretaria de Finanzas y actual comisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. También ganó en la contienda al senador David Penchyna, artífice de la reforma energética del peñismo, pero a quien no le perdonaron su pasado cercano a Roberto Madrazo.
Al final, Omar Fayad era un Plan B de la clase política hidalguense, quien ha sido alcalde de Pachuca y diputado federal. Su paso por el Senado de la República estuvo marcado por una iniciativa de ley, tachada de mordaza en el uso del Internet, que debió recular y retirar frente al descontento social. Fayad es parte de esa clase política arropada por el medio de la farándula, casado desde hace más de una década con la actriz Victoria Ruffo.
Hidalgo al igual que el Estado de México desconoce la alternancia electoral desde la gubernatura. La clase política hidalguense, es después de la mexiquense, la de mayor influencia en el diseño estructural del gobierno peñista. Por esas dos razones, la candidatura de Fayad se asume como un triunfo obligado en los comicios de junio próximo, para construir la candidatura presidencial de Osorio Chong. En esa lógica, una victoria de la oposición implicaría un golpe demoledor a las aspiraciones electorales de la clase gobernante del estado de Hidalgo.
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