El morenaje, partido de izquierda en construcción da muy malos indicios por nacer con el pie izquierdo. Las irregularidades presentadas en la elección de su dirigencia, da muestra de que si López Obrador quiere reinventar la historia de la izquierda en México, debe simplemente deshacerse de lo que tanto mal causó en el PRD, y ahora pretende abortar en su nuevo proyecto político. Árbol que nace torcido… y muy torcidos están los UPREZ y los Higinios que ahora sueñan en montarse al MORENA.
Con esa insana costumbre de pervertir sus procesos democráticos, la izquierda –sin distingo de partido político- da elementos de sobra para evidenciar que muchos de sus militantes corrompen, y muchos otros son vulnerables de ser corrompidos. La presencia de López Obrador y su discurso “moral” no bastan para negar una realidad imperante, el desaseo de sus integrantes, y prácticas tan arraigadas que parecen imposible de desaparecer con un simplón cambio de siglas y de estatutos.
Los más contentos de saber que Higinio Martínez y Felipe Rodríguez formarán parte del MORENA deben ser las autoridades del Estado de México. Tanto Higinio como Rodríguez siempre han sido complacientes, condescendientes, colaboracionistas con los gobiernos priístas. Llevan al menos 15 años, desde el montielismo, muy apegados a las necesidades del PRI, y su oposición desde el perredismo fue de simulación. Lo que ayer ocurrió en la izquierda es un foco rojo de emergente atención. Al tiempo.
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Norma Ponce Orozco –una diputada completamente desconocida de Ecatepec- y José Rangel Espinoza –ex alcalde de San José del Rincón- se lograron colar como secretarios de la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro. Ambos priístas, con un bajo perfil político, serán los operadores que tendrá Eruviel Ávila Villegas en la negociación presupuestal del año entrante, luego de que el Estado de México cedió la presidencia de esa comisión a la hidalguense Nuvia Mayorga.
Otro par de mexiquenses instalados en la poderosa comisión de Presupuesto, aunque en partidos de oposición, también son muy cercanos al priísmo. Se trata de la coordinadora de Nueva Alianza Lucila Garfias, la voz más autorizada de Elba Esther Gordillo en San Lázaro y ex líder del SNTE en la sección 36 del Estado de México, podría convertirse en una operadora política de la causa eruvielista en el jaloneo del reparto presupuestal que estará a discusión a partir del mes de diciembre.
La otra voz mexiquense es el perredista Domitilo Posadas. Ex legislador local y ex regidor de Toluca, ahora instalado en una curul federal. Aunque en realidad, los cuatro diputados mexiquenses ahí instalados saben muy poco del tema, y de cabildeo legislativo. Sólo recibirán las instrucciones superiores, desde Lerdo o próximamente desde Los Pinos. La propia Nuvia Mayorga –presidenta de la comisión- sabe que al estado natal del Presidente electo le corresponde un presupuesto “copeteado”.
