Duro revés sufrió ayer Enrique Peña Nieto. Tanto PAN como PRD dieron una muestra del sexenio que le espera al priísta. La integración dividida de la Cámara Alta será un hueso duro de roer. La alianza legislativa de derecha e izquierda suman 66 votos, mientras que el PRI y sus aliados del Partido Verde y Nueva Alianza apenas alcanzan 62 sufragios. Esos cuatro escaños que le faltan al peñismo se convertirán en el tramo del sexenio en un verdadero dolor de cabeza para las reformas que vienen.
Otro aspecto a destacar es la disciplina mostrada por los senadores. Pocas veces visto y nulas posibilidades de que se repita. A la sesión parlamentaria asistieron los 128 senadores, que no se movieron ni para comer. Las votaciones históricas, en una sesión maratónica. Ernesto Cordero mostró oficio para sacar adelante lo que al PAN convenía, y que en acuerdo con el PRD avalaron. El costo político de la democracia sindical y la rendición de cuentas será asumido al final del camino por el PRI.
Los alfiles políticos de Enrique Peña en el Senado fueron… para no variar hidalguenses. No sólo se trata de Osorio Chong, Carolina Viggiano, Eugenio Ímaz y Cuauhtémoc Ochoa en el equipo de transición. Tampoco se limita a Jesús Murillo Karam y Nuvia Mayorga en San Lázaro. Desde el Senado de la República la verdadera batalla la dieron los legisladores de Hidalgo, David Penchyna y Omar Fayad, quienes se la jugaron para exponer los argumentos priístas en la tribuna parlamentaria.
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Alejandro Encinas –mexiquense- fue de los sectores duros en defensa de los planteamientos de la izquierda en el debate de la reforma laboral. El ex candidato a gobernador está de regreso en la vida pública del país. Los muy enterados, refieren que Encinas podría convertirse en el dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, el futuro partido político que está en proceso de fundación por Andrés Manuel López Obrador. Encinas, siempre perredista, está muy cerca de abandonar las filas del sol azteca y emigrar al nuevo instituto lopezobradorista.
La panista Laura Rojas, junto con Javier Lozano y Javier Corral, demostró que será de los sectores duros de la derecha. Rojas, muy cercana a Luis Felipe Bravo Mena, es senadora de lista, pero por el Estado de México y también le entró a la rebatinga de ayer en la Cámara Alta. Aunque tuvo una gris campaña electoral en los pasados comicios, ella sabía que tenía su curul asegurado, y que tiene las condiciones para asumir uno de los liderazgos más visibles en el panismo del Estado de México.
Quienes siguen quedando a deber para el Estado de México, es la priísta Ana Lilia Herrera Anzaldo, y la ecologista María Elena Barrera Tapia. Ambas son las senadoras más cercanas a Enrique Peña, sin embargo, ayer el control del debate y la votación, lo asumió Emilio Gamboa y los senadores de mayor experiencia. Puede ser que Herrera y Barrera estén en un proceso de aprendizaje legislativo, pero también puede ser que así permanezcan los próximos seis años. Es cuestión de voluntades, de ambas.
