El PRI regresará a Los Pinos. Faltan escasos 40 días para que por primera ocasión, alguien del Grupo Atlacomulco se instale en la Presidencia de la República. La cuenta regresiva es apremiante. Enrique Peña Nieto ha comenzado el último “palomeo” de quienes integrarán su gabinete mexiquense-hidalguense. Sin dudarlo, Estado de México e Hidalgo dominarán los puestos de mayor control y hegemonía. Peña construyó un grupo compacto, y con él se apresta a gobernar los próximos seis años.
Los ex gobernadores de uno y otro estado, mueven sus piezas y quieren intervenir en el círculo de decisiones de Peña Nieto. Hay que anotar ahí a Emilio Chuayffet, Alfredo del Mazo y por supuesto, el siempre influyente Arturo Montiel. Y del otro lado, en la pelea por el poder Manuel Ángel Núñez Soto, y una pareja enfrentada desde hace algunos ayeres y hoy muy cercanos al Presidente electo: Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam. Desde ese perímetro vendrá el reparto de carteras.
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Muy preocupante debe ser votar por alguien que simplemente no vive en la región que dice representar. Alcaldes y diputados que viven en zonas residenciales, alejados de sus electores, encapsulados en una burbuja, y que ocasionalmente regresan a dónde hicieron campaña. El Instituto Electoral Estatal debiera adoptar medidas más estrictas que comprobaran la residencia de candidatos que son electos en determinado distrito o municipio, y viven a kilómetros de distancia.
Sólo a manera de ejemplo están los casos de Abel Domínguez Azuz, que vive en la zona residencial de Interlomas en Huixquilucan y es alcalde electo de Zumpango. Otro caso también relevante es Ignacio Pichardo Lechuga, diputado local de Santo Tomás de los Plátanos pero vecino de Interlomas en el prominente Huixquilucan. La lista cierra con Miguel Sámano Peralta, diputado federal de Jilotepec, pero con vecindad desde hace más de una década del municipio Metepec, y sus suntuosos fraccionamientos.
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Si alguien está muy feliz con la reelección de Elba Esther Gordillo, ese es el gobernador mexiquense Eruviel Ávila Villegas. Si alguien fue determinante para que Eruviel fuera candidato a la gubernatura, cuando todos las preferencias apuntaban a Alfredo del Mazo Maza, ese fue el factor Elba Esther que dio su brazo a torcer con el de Ecatepec. En el pago de favores, Ávila incluyó a Nueva Alianza y Mónica Arriola a su campaña con un apoyo inconmensurable que lo tiene instalado como inquilino de Lerdo 300.
En la víspera del Congreso del SNTE que reeligió a Gordillo por otros seis años, Eruviel ofreció a Tonatico como sede alterna frente al riesgo de que se boicoteará la unción de La Maestra en Baja California. Al final, Elba Esther se decidió por llevar a cabo su cónclave en Quintana Roo, pero corroboró las lealtades con las que cuenta en el Estado de México. Desde el Estado de México fue bien recibida la noticia de que la lideresa vitalicia del SNTE haya alcanzado otro sexenio al frente del magisterio.
