Toluca, Edomex. 21 de agosto de 2014.- La normalización en la vida pública por parte del exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel no es asunto casual, sino directamente proporcional a la cercanía de los tiempos electorales. El originario de Atlacomulco tiene un nutrido y potencial grupo político que domina muchos espacios públicos, y está de regreso en la escena, para arropar, influir e impulsar a su círculo más cercano en las candidaturas priístas que se definirán entre diciembre y enero próximos.
Ayer, Montiel asistió a la presentación del libro Matemáticas 3, “Una joya en números”, de Elena Lino. En el centro de la escena, apareció el exmandatario junto a Lino y Carlos Iriarte, uno de sus pupilos más avezados, hoy presidente del PRI mexiquense, el mismo cargo desde el cual Montiel construyó su candidatura a gobernador en 1999. A la distancia, la influencia montielista parece intacta, y ya sea en la hechura de Enrique Peña, Eruviel Ávila o Carlos Iriarte, su equipo seguirá en la más alta toma de decisiones de las elecciones por venir.
La presentación del libro de Elena Lino, pasó a segundo plano. Montiel es un personaje que genera muchos afectos entre la clase política vigente, tanto la que gobierna desde Los Pinos como la que hace lo propio en el Estado de México. Arturo opera como un mentor de élites políticas, capaz de construir un grupo de discípulos, extender su red de influencia, y hacer que sus alumnos propicien el ascenso al poder. Así ha ocurrido desde 1999, y la premisa sigue vigente entre los suyos.
Otro exgobernador mexiquense que anda muy presente es César Camacho Quiroz, actual dirigente nacional del PRI. César opera un día sí, y el otro también, para convertirse en diputado federal a partir de 2015, y a la vez en coordinador de la bancada priísta en San Lázaro para la segunda mitad del sexenio peñista. La presidencia priísta podría recaer, en una especie de enroque, en el actual legislador Manlio Fabio Beltrones. La ecuación resulta positiva para el exalcalde de Metepec.
Ayer, Camacho anunció la populista consulta ciudadana que impulsará el PRI el año entrante, vinculada con la “necesidad” de disminuir los legisladores plurinominales -100 en el caso de los diputados federales y 32 para los senadores-. En el caso del PAN pugnará por elevar los salarios mínimos como si éste fuese un asunto de voluntad política o mayoría de votos, y el PRD y Morena por separado, consultarán sobre la reforma energética, que jurídicamente se advierte un caso perdido por no ser posible que el resultado sea vinculatorio para revertir la enmienda peñista.
Lo cierto es que Camacho Quiroz desde ahora tendrá la bandera política de disminuir los diputados plurinominales, bajo argumentos poco claros, porque los “pluris” por supuesto que son votados, no son el problema de consensos –cuando se imponen acuerdos cupulares como el Pacto por México-, es falso que la medida traerá un ahorro financiero significativo, y su reducción no tiene en el horizonte eliminar el descrédito de la clase política del país, y particularmente de los legisladores. Pero Camacho avanza en su intención por coordinar la bancada del PRI en San Lázaro.
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