Toluca, Edomex. 15 de abril de 2014.- No todo lo que ocurre en el Estado de México puede ser culpa de Eruviel. La evaluación que ahora se busca hacer a rajatabla con el mandatario mexiquense debiera pasar por los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y por supuesto, los tres ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal. En ese escenario, prácticamente todos salen reprobados, y por lo tanto, todos debieran dimitir a los cargos que ostentan, con resultados muy lamentables.
El gabinete de Eruviel en materia de seguridad, adolece desde hace meses la eficacia para prevenir el delito, combatir el crimen y procurar justicia. Las policías preventivas y ministerial son un rotundo fracaso. De tal magnitud es su inoperancia que se ha requerido la intervención del Ejército y la Marina. No hay un rubro de la seguridad pública que pase las pruebas de cualquier evaluación. El nombramiento del secretario de seguridad, Damián Canales, desnuda la incapacidad de las autoridades estatales.
El bienestar social que tanto prometió Eruviel como candidato no se refleja en la mayoría de los hogares mexiquenses. Los índices de pobreza, hacinamiento de viviendas y carencias económicas son causa del resquebrajamiento del tejido social. Es ahí donde está la prevención del delito, pero no hay avances. El resto: patrullas, policías, videocámaras y armamento forman parte de la disuasión y la persecución, y los resultados también son pobrísimos.
Los legisladores locales han hecho un pronunciamiento tímido para dar seguimiento al Plan de Seguridad. A la fecha, ni siquiera la oposición ha sido capaz de requerir la comparecencia del gabinete de seguridad eruvielista. Y del Poder Judicial, parece que no forman parte de los poderes del Estado. Gozan de los privilegios del poder, pero no asumen su responsabilidad como autoridad. Les complace ser parte del gobierno, y se convierten con ello en parte del problema pero no de la solución.
Los ayuntamientos administran las inercias. No hay cambios sustanciales para revertir el fenómeno delincuencial. Tampoco existen proyectos de mediano y largo plazo. Los alcaldes de hoy están pensando en las elecciones de mañana. En muchos otros casos impera la improvisación, la ineptitud, y en el peor de los escenarios, acreditadamente la omisión y hasta la complicidad. Los gobiernos municipales ganan en el desatino de sus decisiones.
Cuando Eruviel logró ser candidato a gobernador del PRI en 2011, luchó hasta el final con un adagio: “El último minuto en el futbol también tiene 60 segundos”. Si el paralelismo se impusiera de nueva cuenta, en el futbol no importa que tanto se equivoquen los jugadores, o que tan malas decisiones tome la directiva, al primero que siempre despiden es al Director Técnico, y en esa premisa, Ávila está entrampado.
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