Toluca, Edomex. 9 de junio de 2014.- La condición económica del país es desoladora. Las expectativas de crecimiento real podrían no superar siquiera los dos puntos porcentuales, y quedar muy por debajo del 2.7 que dio a conocer en semanas pasadas Luis Videgaray, y que ya correspondían a una baja de la expectativa inicial que se ubicó en 3.9 por ciento. Los datos generan profunda incertidumbre en los mercados y necesariamente impactan en el bolsillo de los ciudadanos de a pie.
Ahí están en gran medida las preocupaciones del gobierno federal. En el esquema de Peña Nieto, saben que la victoria electoral priísta de 2009 obedeció a la crisis económica internacional que sucumbió al país, entonces gobernado por el panista Felipe Calderón. Tanto perdió el PAN en esas elecciones intermedias que prácticamente cavaron su tumba, y abrieron la puerta para el retorno del PRI a la Presidencia de México de la mano de Enrique Peña. El mal presagio es que la fórmula pueda repetirse pero ahora en su contra.
Mientras el país no crece, lo que se acelera es el descontento social. Muchos de quienes ayer votaron por el PRI, centraron una amplia expectativa que no se reflejará en el corto plazo, ni siquiera en el mejor de los panoramas del peñismo. Hay profunda preocupación en lo que pueda suceder en elecciones de gubernaturas como Michoacán, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí. El reto también alcanza la operación política del mexiquense César Camacho Quiroz.
El Estado de México también entra en la alerta electoral. A la pesadumbre económica se le suma la violencia criminal, y las afrentas políticas que se han abierto entre los grupos políticos del priísmo. Sin dejar de lado, los abusos de poder en que han incurrido muchos de los alcaldes mexiquenses. El terreno electoral está tan sinuoso que a pesar de una inexistente oposición, tanto PAN como PRD se frotan las manos por arrebatar posibles triunfos. A río revuelto ganancia de pescadores, y la oposición es experta para ello.
En un plazo de seis meses, decenas de alcaldes, diputados federales y locales dejarán botado el cargo público para el que fueron electos. La razón: buscar una nueva elección que les permita seguir viviendo del erario público. Coincide que en esa fecha se realizarán los segundos informes de gobierno de los actuales ayuntamientos, y en política, nada es casual sino causal. Más parece un banderazo comicial frente a la ignominia de las autoridades electorales.
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