Toluca, Edomex. 2 de junio de 2014.- Faltan noventa días para que el Presidente Enrique Peña Nieto rinda su segundo informe de gobierno. Para entonces hará un corte de caja de una tercera parte de su mandato. Aunque en el escenario político del mexiquense se destaca la aprobación de las reformas estructurales, se advierte como una situación preocupante que la percepción del mandatario es reprobatoria entre la población mexicana. Apenas un 38 por ciento de los mexicanos avala su gestión, y datos de Los Pinos apenas le otorga 32 por ciento de aprobación.
El costo político que asumirá el priísmo en el año electoral entrante podría ser escalofriante. Por un lado, se generaron amplias expectativas de transformación en la campaña presidencial de 2012 y los resultados son hasta ahora intangibles. La ciudadanía no percibe una mejora en la violencia que aqueja al país desde hace ocho años relacionada con el narco. A esa calamidad, se ha sumado una situación económica indefendible, y eso se siente en el bolsillo de los mexicanos, y que puede cobrarse en las urnas del 2015.
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Los dichos de Andrés Manuel López Obrador provocaron alegría en las oficinas de Lerdo 300 y Los Pinos, luego de que ayer aseguró que irá solo en los comicios del próximo año sin alianza con el PRD, su antiguo partido, ni con el PT ni Movimiento Ciudadano, sus antiguos aliados. Apuesta a jugársela en solitario y a que la estructura que ha construido a lo largo de tres años en la entidad le alcance no sólo para conservar el registro, que posiblemente le conceda el INE en julio próximo, sino incluso le sea suficiente para ganar algunos municipios y distritos en la entidad.
Con una izquierda fraccionada, las posibilidades de éxito se reducen para ellos y aumentan las posibilidades del triunfo del PRI, por la estructura, recursos y maquinaria que han conformado durante décadas.
Quienes deben de estar preocupados son el PT y MC, quienes sin la figura de AMLO tendrán que batallar por los votos y es muy probable que se queden a la orilla y no alcancen el 3 por ciento para conservar su registro.
El tabasqueño no sólo dijo no a alianzas, sino que rechazó candidaturas comunes con perredistas, petistas, y del partido naranja.
En Morena están seguros que candidatos ciudadanos podrán concitar simpatías. Andan en busca de jóvenes y de apuntalar algunas figuras leales a AMLO como Yeidckol, América Rivera, Maurilio Hernández, Higinio Martínez, entre otros.
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El que las trae consigo es el panista Ulises Ramírez quien se afianzó como uno de los más cercanos a Gustavo Madero. Ramírez forma parte de la comisión política permanente del PAN y sin duda por sus manos pasará la lista de candidatos a puestos de elección popular del blanquiazul el próximo año. Ramírez colocará a su gente en las candidaturas y sólo abrirá algunos espacios para que Madero pueda pagar facturas con otros liderazgos mexiquenses, como los Durán, Juan Rodolfo Sánchez o Enrique Vargas.
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