Redacción
Ocoyoacac, Edomex. 7 de julio de 2014.- Los capitales más robustos del país se encargarán de los proyectos de infraestructura más importantes del sexenio de Enrique Peña Nieto, los cuales además conectarán al Distrito Federal con la ciudad de Toluca, en la cual el hoy presidente de México vivió su vertiginoso ascenso político hasta llegar a la primera magistratura del país.
Con la apuesta de mejorar la movilidad entre la capital del Estado de México, y la ciudad de México, este lunes, el Gobierno de la República puso en marcha la construcción del Tren Interurbano México Toluca, y de la autopista La Marquesa-Toluca, donde los beneficiados son los grandes capitales vinculados al grupo Atlacomulco y el salinismo durante los últimos 25 años.
La empresa española OHL, encabezada por Andrés Oteyza, y La Peninsular, propiedad de Carlos Hank González, hijo de Carlos Hank Rhon, serán los encargados de construir el Tren Interurbano México-Toluca en su primera etapa.
Una vieja conocida del peñismo es OHL, concesionaria del segundo piso del periférico en territorio mexiquense, en los tiempos que era dirigida por Emilio Lozoya Austin, hoy al frente de la paraestatal Petróleos Mexicanos.
Mientras que el consorcio hankista, ha sido benefactor durante los últimos 40 años del presupuesto mexiquense, en los tiempos en que el mítico profesor Carlos Hank González gobernaba el Estado y lideraba al grupo Atlacomulco.
El tren México – Toluca, tendrá una extensión de 57.7 kilómetros, desde Zinacantepec hasta Observatorio, cuyo recorrido se estima realizarse en sólo 39 minutos.
Hoy, se dio inicio a la construcción de la obra civil en su primera etapa que correrá de Zinacantepec a Ocoyoacac, en un trayecto de poco más de 36 kilómetros, la cual fue licitada hace algunas semanas a la asociación empresarial formada por OHL y Carlos Hank González, el nieto del profesor Carlos Hank y del fundador de Maseca, Roberto González Barrera.
En un acto protocolario, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza acompañado del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas dieron el banderazo de salida para el arranque de las obras del, considerados dos de los proyectos de infraestructura más importantes del sexenio.
Con ambas obras, se pretende mejorar la movilidad entre la capital mexiquense y la ciudad de México, donde a diario se reportan más de 240 mil viajes de un destino a otro.
La obra iniciará en la intersección de la avenida Reyes Heroles y Las Torres y culminará en la carretera México –Toluca a la altura de La Marquesa.
En más de 19 kilómetros el tren correrá por un viaducto elevado y al entroncar con la carretera México-Toluca, a la altura de Lerma, correrá a nivel de la superficie hasta Ocoyoacac.
Posteriormente, se construirá un túnel de 4 kilómetros para conectar con Santa Fe, cuya obra está en proceso de licitación, lo mismo que la tercera etapa que irá de Santa Fe a Observatorio.
La obra –cuyo costo estimado es superior a los 38 mil millones de pesos- estará concluida dentro de tres años, para julio de 2017, con lo que se pretende movilizar a más de 200 mil usuarios diariamente.
En paralelo, arrancó la construcción de la autopista La Marquesa –Toluca, cuya obra fue licitada a la empresa Pinfra, la misma concesionaria de la México – Toluca.
Pinfra, antes Tribasa, fue una de las constructoras preferidas por el presidente Carlos Salinas, en cuyo sexenio se convirtió en la tercera mayor constructora y concesionaria de autopistas de peaje del país.
David Peñaloza Sandoval es uno de los principales accionistas de Pinfra, que según Reporte Índigo, es un empresario cercano a la familia Salinas de Gortari.
De acuerdo a dicho medio, Peñaloza logró a partir de sus relaciones políticas librar cargos en su contra por defraudar 33 millones de dólares a Nacional Financiera (Nafin) en 1997, lo que obligó al empresario a huir a España, donde estuvo encarcelado un año y extraditado en 2003.
Hoy Peñaloza está de regreso. Tribasa (Triturados Basálticos) a partir de 2005 se convirtió en Promotora y Operadora de Infraestuctura (Pinfra), y de la que Peñaloza es uno de los principales accionistas, y desarrollará la autopista La Marquesa – Tollocan, una de las autopistas más importantes anunciadas para este sexenio frente al constante flujo vehicular en la zona.
Esta obra arrancará en el kilómetro 41 de la autopista México – Toluca (concesionada durante el salinato) y correrá de manera confinada hasta Lerma por el camellón central de la vialidad.
El trayecto será de 13.6 kilómetros, de los cuales 10 serán a nivel de la superficie y el 3.6 en tres viaductos elevados. La misma tendrá un ancho de 21 metros en total donde se habilitarán dos carriles por sentido.
La obra, que tendrá un costo de 3 mil 500 millones de pesos, estará en funcionamiento en diciembre del próximo año, con estimaciones de un aforo de al menos 20 mil autos diarios.
