Toluca, Edomex; 29 de abril de 2024.- Entre muchas dificultades legales y administrativas, las campañas electorales locales ya comenzaron. Eso ha elevado un poco la expectativa ciudadana respecto de los comicios del 2 de junio. El espacio urbano ahora sí ya está absolutamente contaminado. Una serie de anuncios espectaculares, bardas pintadas, lonas, brigadas en las calles. El Estado de México ha entrado en otra dinámica electoral, y eso podría cambiar el rumbo de algunas elecciones que parecían ya definidas en las urnas.

En la agenda pública, tanto en municipios grandes como pequeños, se habla sobre la integración de las planillas municipales. Ya era sabido en la mayoría de los casos, quiénes eran los candidatos a alcaldes. En casi 70 municipios, habrá intentos de reelección. Otros muchos exalcaldes que pretenden regresar. Pero la fama pública o el desprestigio social de quienes buscan sindicaturas o regidurías, se vuelve parte de la conversación. La hoja de ruta de los cientos de candidatos es lo que marca los positivos o los negativos en la intención del voto. En su mayoría, los aspirantes ahí inscritos, restan más de lo que suman.

Muy poco se habla de las propuestas de campaña. Prácticamente nadie atiende los proyectos de gobierno. En primer lugar, porque los problemas son comunes y las alternativas de solución semejantes. Además de que, elección tras elección, todos prometen mejorar, resolver, rehabilitar, y las cosas permanecen igual o peor que antes. Nadie, absolutamente nadie, goza de la credibilidad del votante. Por eso, en la opinión pública, trascienden más los escándalos personales, los vínculos políticos de los candidatos o la forma en que han incumplido sus promesas cada que han tenido cargo de elección. Eso también es fomentado por los partidos políticos y sus candidatos. La guerra sucia se intensificará.

Los dirigentes partidistas han despertado y salido de sus oficinas. Ellos son responsables directos de los descontentos internos por la selección de candidatos. En sus manos está la capacidad de triunfo; el nivel de éxito o fracaso electoral de los comicios del 2 de junio. Con esa responsabilidad a cuestas, vemos dirigencias más activas, que por las mañanas recorren municipios y distritos para arropar candidatos. Y por las tardes, supervisan el trabajo territorial de sus estructuras electorales. Todos tendrán cargo de elección.

Ana Lilia Herrera será senadora plurinominal. Anuar Azar, José Couttolenc, Juan Zepeda, Omar Ortega, el defenestrado Óscar González, y hasta Alejandro Castro, serán diputados locales, todos por la vía plurinominal. No importa lo que suceda en la jornada electoral, pese al rechazo social de sus partidos, o el desencanto que causan en sus militancias, todos tienen seguro su cargo de elección por los próximos seis y tres años, respectivamente. Martha Guerrero es la única que va a las urnas de manera directa en busca de la presidencia municipal de La Paz. Si pierde, será rescatada por el gobierno estatal.

A partir del mes de mayo, los candidatos a alcaldes también tienen la esperanza de que se incremente la presencia de los candidatos presidenciales para potenciar la expectativa social. En dos meses de campaña, entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, no han recorrido ni 20 municipios mexiquenses, en el estado que aportará el mayor número de votos a los tres abanderados. Aquí no se disputa ninguna gubernatura, pero hay 13 millones de electores que marcarán el rumbo de la elección. La presencia de las presidenciales podría definir contiendas cerradas como Toluca, Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Valle de Bravo, entre otros ayuntamientos.