Vaya circunstancia que tiene el PRI del Estado de México en puerta. La impugnación a la candidatura de Martha Hilda González Calderón a la alcaldía de Toluca habla del desaseo que hubo en su proceso de selección. Candidaturas únicas, inducidas, poco trasparentes y mucho menos consensuadas. El descontento de la militancia recorre todo el Estado de México, municipios y distritos prácticamente sin excepción. La jornada electoral será todo un desafío para quienes palomearon a los candidatos del PRI estatal.
En un escenario complejo está también Pablo Bedolla, candidato a alcalde de Ecatepec. Busca retener la tierra del gobernador en turno, aunque su unción como abanderado se la debe a un ex gobernador y no al propio Eruviel. Los grupos políticos del municipio trabajan por separado, y quienes no han sido invitados a participar solamente hacen un trabajo de simulación. Enfrente tiene al perredista Gutiérrez Cureño, quien ya en 2006 le ganó esa misma elección.
La izquierda también le apuesta a ganar Tlalnepantla. De la mano de Rubén Mendoza y el convencimiento a grupos de priístas y panistas, confían en ganar terreno electoral en el otrora bastión blanquiazul. El pésimo desempeño de Arturo Ugalde y la obstinación de convertir a su hija Denisse en legisladora federal, parecen el escenario ideal para que el PRD se alce con la victoria electoral en los comicios de julio. El PAN ahí simplemente está cuesta arriba.
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El encono entre Beatriz Paredes –candidata al Gobierno del Distrito Federal- y Gustavo Cárdenas Monroy –delegado especial del PRI capitalino- cada vez es más notorio. Esa es una de las razones por las que la campaña de Paredes simplemente no prende en la capital del país. Conscientes están de que su participación es parte del anecdotario, pero tampoco pueden echarse a la hamaca y permitir que su poco entendimiento haga del PAN el segundo lugar.
Paredes no sólo no se entiende con Cárdenas Monroy. Tampoco logra acuerdos con los distintos grupos del PRI local. Busca ganar sola, y apostarle a su experiencia política. Los candidatos al Senados simplemente no pintan, y no se ve forma que ganen aunque sea una delegación política, de las 16 que tiene el Distrito Federal. Beatriz se nota cansada, repitiendo la campaña de hace seis años que la relegó a un descalabro doloroso en su carrera política.
Mancera por su parte, no tiene rival en el DF. Las encuestas electorales le favorecen y por mucho. Andrés Manuel tiene gran arrastre. Marcelo está en campaña pese a la veda electoral. Barrales y Delgado recorren de sol a sol el Distrito Federal para llegar al Senado. Ayer comenzaron el resto de las campañas locales por las diputaciones y delegaciones capitalinas. La maquinaria está en marcha. El PRD va a retener el único bastión que le resta.
