Juan Carlos Núñez Armas
Existen conceptos que paulatinamente adaptamos a nuestra vida y han llegado para quedarse, es el caso de la inteligencia artificial (IA), así que es necesario familiarizarnos con este tipo de terminologías que llegaron para incorporarse a nuestro lenguaje ordinario. Entre más conozcamos de ellas mejor comprenderemos el mundo que nos rodea y los cambios que se generan cotidianamente. Más aún, podremos entendernos con una sociedad cada vez más informada y digitalizada.
La Organización de Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define la IA como “un sistema computacional que puede, para un determinado conjunto de objetivos definidos por humanos, hacer predicciones y recomendaciones o tomar decisiones que influyen en entornos reales o virtuales» (OCDE, 2019).
La IA atrae cada vez más capital privado. En 2018 las empresas desarrolladoras de esta tecnología atrajeron el 12 % de la inversión privada en todo el mundo. Cada día se incrementan más las aplicaciones que utilizan la IA en ámbitos tan variados como el transporte, la ciencia, la salud y desde luego la administración pública.
Muchos países en el mundo están tomando como una prioridad la política de incrementar la inversión pública en IA como un motor de crecimiento y bienestar, están buscando educar y reclutar a las próximas generaciones de investigadores y desarrolladores que lideren la expansión de esta tecnología.
La IA representa grandes oportunidades en la gestión pública, siempre con el objetivo de mejorar los servicios y en defensa del interés general, entre otras:
- Simplificación administrativa. Al automatizar procesos se reducen los tiempos de respuesta y autorizaciones diversas en los servicios de las dependencias. Situaciones como esta hacen que los ciudadanos aprecien en mayor medida la IA. El estudio “Hacia una estrategia de IA en México: Aprovechando la Revolución de la IA”, señala que el 19% de los empleos, en nuestro país -cerca de 9.77 millones-, se verán afectados por la automatización, de los cuales el 16 %, es decir 1.5 millones, expiraran en los próximos 5 años.
- Cambio de modelo. Debido a la pandemia requerimos reactivar la economía de nuestro país, es necesario que los gobiernos adapten la IA como una medida para mejorar la experiencia que el usuario ha tenido hasta el momento con el gobierno electrónico. Según el Indicador Subnacional de Mejora Regulatoria 2019 publicado por el Observatorio Nacional de la materia (donde participaron las 32 Entidades y 88 municipios), el estado de Colima fue el mejor evaluado con 4.23 puntos del indicador y el Estado de México obtuvo un doceavo sitio con 2.74 puntos. En lo que a municipios respecta el promedio nacional fue de 1.47, y en el Estado de México los municipios más altos fueron: Atlacomulco con 2.2, Metepec con 2.1 y Toluca con 1.9 puntos.
- Eficiencia del gasto. Cada vez que se hacen más transparentes los concursos y asignaciones se permite un ahorro significativo en la obtención de obras, bienes y servicios que reciben los contribuyentes y que permite a los proveedores competir en condiciones ventajosas para otorgar mejores precios y calidad.
- Revalorizar el trabajo de los servidores públicos. La IA permite avanzar en la automatización de trabajos mecánicos y repetitivos que requieren el manejo de una gran cantidad de datos, susceptibles de ser extraviados o traspapelados. La IA es una herramienta que está abriendo nuevos escenarios para hacer posible que las ideas que tiene cada ser humano se utilicen de mejor manera, se logre el trabajo coordinado, se resguarde adecuadamente la información y se aproveche la creatividad y empatía para mejorar el servicio público.
- Prevención y lucha contra la corrupción. Según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2019 (ENCIG 2019) se calcula que el costo de la corrupción representó para cada ciudadano mexicano $ 3,822 durante 2019 y en el Estado de México es cantidad fue de $ 1,500 aproximadamente.
Respecto a este último tema, recientemente asistimos al webinar sobre “Estado Abierto y Gestión del Covid-19 Inteligencia Artificial y Gobierno Abierto”, en su oportunidad el Dr. Rodrigo Sandoval Almazán del laboratorio de Innovación Pública e Inteligencia Artificial (I-Lab) destacó 5 aspectos de la administración pública en los que ya se aplica la IA. Primero en la transparencia, pues es posible realizar auditorías a las administraciones públicas utilizando la tecnología de Machine Learning para analizar tendencias de flujo de efectivo o gastos como las que hoy utiliza el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en México. Imaginen, amigos lectores, que hoy pudiéramos revisar las cuentas de cada dependencia municipal, estatal o federal desde la computadora, estableciendo un portal web personalizado que con ciertos criterios permitiera conocer la información que necesitamos para nuestro desarrollo personal, empresarial o colectivo.
Un segundo aspecto que estableció es la rendición de cuentas. El empleo de la IA permite, mediante algoritmos de aprendizaje, clasificar, homologar, y dar seguimiento a nodos de complicidad existentes en el mal uso de recursos y, por consecuencia, disminuiría el cáncer de la corrupción. Un tercer elemento es la colaboración. Cómo cientos o miles de personas pueden aportar información que todos los días aprecian en su entorno y que pueden dar indicios de los gastos que se ejercen y que estos pueden o no ser corroborados con la información oficial. Con herramientas como la IA podría verificar, si es de mi interés, el gasto de la obra que se realiza en la colonia por donde paso todos los días, ¿cuánto se está gastando y qué empresa la realiza o cuáles son los términos del contrato de asignación?
Un cuarto aspecto planteado fue la construcción de un gobierno algorítmico. Es decir, un gobierno que aprenda de sus ciudadanos, de sus gustos, realidades y necesidades y que en consecuencia, con el conocimiento generado, atienda y prevea los requerimientos de cada ciudadano, para que la toma de decisiones sea basada en datos y no en ocurrencias de algún líder político.
Para concluir, se estableció la obligación de un gobierno responsivo un gobierno que sepa proteger la identidad de los contribuyentes. La cantidad de datos sueltos que maneja el gobierno ocasiona que corramos el riesgo de ser víctimas de algún hacker. El Gobierno debe emprender una verdadera revolución en ciberseguridad para defender a sus ciudadanos. Si la información de cuentas de predial, agua o peor aún cuentas bancarias, contenida en cualquier base de datos, es comercializada libremente por delincuentes potenciales, los ciudadanos serían vulnerables a diversos delitos como extorsión, robo, fraude. Es necesario prevenir este tipo de situaciones.
En México necesitamos incrementar el aprendizaje sobre los adelantos que se alcanzan en otras latitudes y tomar en serio la discusión sobre tener un gobierno que adapte las nuevas tecnologías poniendo en el centro del que hacer público al ciudadano. Debemos empezar un debate nacional sobre el futuro de la IA en la vida política y particularmente en la administración pública.
