Toluca, Edomex. 31 de mayo de 2017.- La noche se le viene encima al priísmo nacional. Las más recientes encuestas anticipan una derrota del PRI en las elecciones de Coahuila y Nayarit donde se renovará la gubernatura. En el Estado de México la moneda está en el aire, con una ligera ventaja para Alfredo del Mazo, no como resultado de su proyecto, de su campaña o de su partido; sino de la maquinaria electoral abrumadora. El priísmo se des-peña en la víspera de la elección presidencial, y es la entidad su último reducto político.
Alfredo del Mazo no creció en las encuestas. La campaña nunca despegó lo necesario. Hubo errores permanentes y crecientes. Desde la mano empuñada que debió ser reemplazada, hasta una guerra sucia que no desgastó a sus opositores. Los estrategas electorales fallaron. El discurso delmacista jamás encendió. Y la propuesta no conectó con todos los sectores. El priísmo parece haber agotado sus estrategias de campaña sin resultados favorables.
Delfina Gómez creció lo inesperado. Más allá de sus penurias se convirtió en una candidata infalible capaz de polarizar la elección. Morena ha concitado amplias expectativas frente al desgaste del poder del partido gobernante. Las claves de Delfina residen en su empatía con las clases populares. Andrés Manuel ha colocado su apuesta en la elección mexiquense, sabedor que aquí tendrá una gran reserva de votos para el año entrante y de que su participación en Coahuila y Nayarit será testimonial. En política nada es casualidad.
Como nunca antes, la elección mexiquense causó una expectativa amplia en la política nacional, sin embargo, eso no implica necesariamente una copiosa participación de votantes. Lo que ha prevalecido en las últimas tres elecciones de gobernador ha sido la apatía, el descontento y el hartazgo, que en su conjunto eleva el abstencionismo. Pero también, como nunca antes el priísmo enfrenta la amenaza de la derrota y eso puede consolidar una votación histórica en votos y en el resultado final.
Con tantos recursos materiales, humanos y financieros dispuestos en la campaña, una eventual derrota de Alfredo del Mazo sería el mayor fracaso electoral del priísmo en su historia. El Grupo Atlacomulco se juega la supervivencia, el orgullo y la prevalencia. Una derrota priísta podría romper con dos mitos electorales: no necesariamente gana el que gasta más ni el que hace mayores trampas.
Este miércoles cierran las campañas electorales, caracterizadas por una prolífica guerra sucia, de escasas propuestas políticas, amplios visos populistas en todos los frentes y un despilfarro económico. Luego de sesenta días de campaña, los candidatos han agotado las mañas, las trampas y los artilugios para convencer a un electorado renuente. La cooptación del voto y la compra de voluntades mediante su uso clientelar prevalece como una estrategia para todos sin distingo.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
