Toluca, Edomex. 30 de octubre de 2018.- Más allá de las decisiones sobre el futuro del nuevo aeropuerto, el Estado de México puede potenciar las bondades del proyecto de Santa Lucía. El proyecto aeroportuario de López Obrador para construir dos pistas en la base aérea ubicada en Zumpango, y la modernización de la terminal aérea en Toluca, parecen ser inicialmente una buena noticia para el estado. Las inversiones de infraestructura, negocios privados y generación de empleos incidirán positivamente en la entidad.
López Obrador tiene afectos muy particulares por el Estado de México. La cancelación del aeropuerto en Texcoco, parece más una decisión contra los poderes fácticos. Sin embargo, el presidente electo le ha devuelto el respiro a los mexiquenses, dejando el proyecto de infraestructura en la entidad. Aquí también se concentrarán sus esfuerzos en materia de desarrollo social y combate a la delincuencia. Las brechas de desigualdad y la incidencia criminal hacen urgente que aquí se implementen sus tareas, planes y acciones.
Alfredo Del Mazo enfrentará un desafío político enorme. Ha optado por la cautela y el respaldo al proyecto de Santa Lucía. Para el priísta, no son momentos de confrontación, a pesar de su respaldo absoluto a Texcoco. El gobernador mexiquense asume el momento político que le ha tocado vivir. La coyuntura lo obliga a aliarse al proyecto lopezobradorista. El poder político delmacista, para bien y para mal, será el último resquicio del peñismo. Y desde esa circunstancia, entiende que su posibilidad de éxito depende de su oficio político.
Toluca no es una ciudad turística, tampoco es un centro logístico. Su cercanía con la Ciudad de México siempre ha condicionado su impulso económico. En los últimos años, la capital mexiquense ha padecido un deterioro urbanístico y delictivo. Las inversiones que pudieran detonar en su aeropuerto, deberán impactar positivamente en la zona metropolitana. Es imprescindible que las autoridades estatales y locales conciten acciones de carácter metropolitano, y no se limiten a acciones por embellecer su centro histórico.
Hay dos asuntos pendientes que de forma pronta deberá esclarecer el presidente electo, y que también incidirán en el desarrollo urbano. Por un lado, la reubicación de la base militar de Santa Lucía, donde se ubicará un nuevo edificio terminal y dos pistas aéreas. Y por otra parte, cuál será el futuro de los terrenos donde se construía el nuevo aeropuerto desde hace cuatro años, y donde se aprecia el avance en la cimentación del aeropuerto recientemente cancelado.
Lo cierto es que al grueso de la población, el futuro de un aeropuerto no forma parte de sus prioridades personales y familiares. La mayor preocupación social se concentra en la inseguridad. El segundo problema se concentra en su economía. Ahí deberá concentrarse el nuevo gobierno para cumplir con las altas expectativas sociales. El hartazgo ciudadano transita por las pocas alternativas y oportunidades en materia de educación, empleo, salud, vivienda y alimentación. El reto es mucho más abrumador que la discusión de un aeropuerto.
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