Toluca, Edomex. 26 de diciembre de 2017.- Ya se cumplieron 100 días de la Administración de Alfredo del Mazo y sigue sin existir un discurso claro de su proyecto de sexenio, una imagen institucional, un slogan o un mensaje ancla que vincule su gobierno con sus gobernantes. Tampoco se pudieron distinguir acciones que caracterizaran sus políticas públicas, programas de gobierno, relanzamientos institucionales o inauguraciones de obras. El tiempo se esfumó sin relevancia.
La mitad del tiempo, se le escapó a Del Mazo mitigando el descontento social que causó el temblor del pasado 19 de septiembre. Alfredo dedicó casi un mes en recorridos, acciones y decisiones para atender una tragedia que le sorprendió cuando apenas rendía protesta del cargo. Hasta ahora, las heridas del temblor permanecen vigentes. El proceso de reconstrucción no sólo será costoso sino también lento. Los recursos financieros y materiales serán insuficientes.
Otra gran parte del tiempo, se le escurrió a Del Mazo, resolviendo las carencias financieras heredadas por Eruviel Ávila Villegas -hoy vicecoordinador de campaña de José Antonio Meade-. Las arcas de la tesorería estatal quedaron vacías que apenas solventaron el pago de finiquitos, liquidaciones y aguinaldos de este fin de año. El desafío que tuvo Del Mazo para ajustar las finanzas estatales obstaculizaron los grandes lanzamientos del gobierno.
Alfredo del Mazo tampoco tuvo tiempo y dinero para construir aquellos compromisos que dejo Eruviel inconclusos. Esas obras que Del Mazo proyectó terminar e inaugurar en sus primeros 100 días de gobierno tampoco pudieron concretarse por falta de liquidez. Las empresas constructoras prefirieron no arriesgarse a edificar obras por falta de pago. Y muchas obras inauguradas en el último tramo del sexenio eruvielista presentan fallas en los detalles de las mismas.
En lo político, Del Mazo no se ha logrado sacudir a todo el círculo más cercano a Eruviel Ávila. En el ánimo delmacista se sienten rodeados del grupo enemigo y del fuego amigo, con intentos por desestabilizar al mandatario. En las próximas semanas, con el pretexto de las precampañas electorales, Del Mazo buscará una nueva andanada de cambios en el gobierno para reducir al eruvielato. Al fin y al cabo, ya muchos cobraron sus jugosos aguinaldos y es tiempo de hacer maletas.
La incidencia delictiva ha azotado el arranque de sexenio. Las cifras alentadoras que ofreció Del Mazo la semana pasada se topan con la pared de la realidad que enfrentan las familias mexiquenses. El problema no se reduce a mayores recursos financieros ni anuncios espectaculares. Gran parte de la nómina de la Policía Estatal cobra pero no trabaja. Hay muchos “aviadores” y por tanto escasez de policías estatales para las labores preventivas. El despido de Rogelio Cortés no cambió un ápice esa condición. Por ahí, Del Mazo podría empezar a afrontar un reto desolador.
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