Toluca, Edomex. 26 de marzo de 2018.- En la semana que transcurre, el gobierno peñista intensificará la difusión de spots de los logros y avances, previo a la veda electoral que arranca el viernes entrante. Pese al esfuerzo propagandístico, Peña Nieto pasará a la historia como el presidente con mayor índice de desaprobación social. Ahí está la razón de que el priísta José Antonio Meade se mantenga desfondado en tercer lugar. Ni con toda la maquinaria electoral dispuesta se ve la forma de revertir las tendencias.
El fin de semana se filtraron los spots que lanzarán los candidatos presidenciales a partir del inicio de las campañas presidenciales. Los partidos y sus candidatos, inundarán la radio y la televisión, durante noventa días con sus spots. De entrada, los anuncios se caracterizan por una defensa personal en el prestigio de cada candidato. En esta primera etapa de propaganda no se distinguen ataques, pero conforme avancen las campañas vendrá la “guerra sucia”, bajo la justificación de contrastar a sus candidatos, sus propuestas y sus partidos.
José Antonio Meade apuesta por desmarcarse del símbolo de corrupción que inunda al peñismo. Afirma que en veinte años de servicio público no ha sido señalado por lavado de dinero ni por corrupción. Presume hablar inglés (en contraste con López Obrador), y leer muchos libros (en referencia a la mala fama de Peña Nieto). Advierte que él ha castigado la corrupción en alusión a los gobernadores priístas (Duarte, Borge, Granier, Yarrington). Meade enfrenta a los propios fantasmas del priísmo: la corrupción y el conflicto de interés.
López Obrador va por la tercera campaña presidencial. Desde ahora, busca evadir la imagen del “peligro para México”. Ni chavismo ni trumpismo, advierte. Su proyecto de nación se erige en el juarismo, maderismo y cardenismo. Solicita a sus seguidores no dejarse engañar ni atemorizar. En otro spot, Andrés Manuel pide el voto para los suyos: los candidatos a gobernadores, desde Sheinbaum hasta Cuauhtémoc. Su apuesta es el carro completo en el Poder Legislativo, demanda tachar todas las boletas electorales por Morena.
Ricardo Anaya sostiene que México debe cambiar y que el PRI ya se va. El panista, entonces, plantea una disyuntiva: Andrés Manuel o el Frente. El mensaje busca polarizar la contienda a dos: Anaya y López Obrador. Del primero, advierte una visión anticuada. Él se asume como el cambio para resolver los problemas hoy a partir del uso de “recursos y tecnologías”. En otro más, recibe el respaldo de liderazgos de panistas y perredistas: Mancera, Xóchitl, Chertorivski, Colosio Jr y Fernández de Cevallos. Deja de lado las acusaciones en su contra.
Hay una profunda preocupación para el priísmo mexiquense, que la alicaída campaña de Meade arrastre la apuesta electoral del Grupo Atlacomulco. Los candidatos a senadores y diputadas federales saldrán a la búsqueda del voto a partir de esta semana. Ahí viene Delfina, Higinio, Camacho, Del Moral y Zepeda como protagonistas de la contienda mexiquense. De su arrastre dependerán los comicios locales, cuyas campañas comienzan en un par de meses.
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