Toluca, Edomex. 24 de mayo de 2016.- El Estado de México puede volverse una bomba de tiempo. El clima social por el que atraviesa el Estado de México enfrenta una profunda crispación, ante elementos de un gobierno autoritario y que sistemáticamente se encuentra violando los derechos humanos. Organismos internacionales como la ONU y la CIDH se han manifestado en los últimos días para expresar su preocupación sobre lo que ocurre en la entidad. Eruviel y su gobierno son omisos, y apuestan al olvido colectivo, cuando lo que prevalece en la condena mayoritaria a la represión social.
Tlatlaya, Xochicuautla y Atenco han marcado negativamente la agenda del gobierno eruvielista en los últimos dos años de su mandato. Se trata de actos de autoridad, federal y estatal, que han tenido un común denominador: la defensa del poderoso sobre el vulnerable. La justicia en el Estado de México no es pareja para todos y esa es la honda preocupación y la condena de los defensores de derechos humanos. La desigualdad es un factor para la aplicación de la ley en tierras mexiquenses.
En Tlatlaya prevalece la impunidad. La actuación extrajudicial del Ejército Mexicano que acabó con la vida de 22 presuntos criminales quedará en el limbo. Las decisiones judiciales le han dado la razón a las fuerzas castrenses. La ruta advierte que no habrá castigo para los responsables. A pesar de las evidencias de que no hubo enfrentamiento y que ejecutaron al menos a una decena de civiles, los militares no pisarán la cárcel ni por equivocación. Mal y de malas.
En Xochicuautla, el gobierno eruvielista se encuentra empeñado en defender los intereses de Juan Armando Hinojosa para que se construya la autopista Toluca – Naucalpan. La defensa jurídica que realizan los comuneros de la zona pasa inadvertida para las autoridades estatales. Se impone el negocio particular sobre los intereses comunes. Los atropellos están a la vista para organismos internacionales, pero el gobierno de Eruviel simplemente no entiende que no entiende.
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A propósito de la firma del Mando Único encabezado por el gobernador Eruviel Ávila, el acto pareció un destape de quien parece reúne sus afectos rumbo a la sucesión de gobernador. Eruviel se refirió a José Manzur como su secretario eficaz, eficiente y leal, a quien felicitó por cumplir dos años como secretario general de gobierno. Al buen entendedor pocas palabras, y parece que Eruviel ya decidió que de su gabinete esa será la carta fuerte rumbo al 2017.
Lo cierto es que la toma de decisiones de las candidaturas para gobernador desde hace dos años transita por el escritorio de Los Pinos. Será el presidente Enrique Peña, y más por el interés personal y político que representa, quien decida al candidato a gobernador en su tierra natal. El ungimiento parece estar más cerca de lo que parece, pero las fichas se han comenzado a alinear en muchos frentes, donde también juegan los exgobernadores.
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