Toluca, Edomex. 24 de marzo de 2016.- Hace siete años, el entonces gobernador Enrique Peña Nieto impulsó fallidamente el espectáculo multimedia en la zona arqueológica de Teotihuacán. El costo político que debió pagar fue altísimo, al comprobarse que los trabajos para dicha infraestructura habían causado daños en la estructura de las pirámides. El entonces secretario de Turismo, Alfredo del Mazo Maza debió recular y cancelar el show nocturno. A la distancia, nadie sabe para quién trabaja.
Las cosas han cambiado sustancialmente. Enrique Peña se convirtió en Presidente de México. Eruviel Ávila, hoy gobernador de la entidad, buscará sacar provecho del espectáculo multimedia inaugurado el pasado fin de semana junto con Peña Nieto. Hoy Alfredo del Mazo despacha desde San Lázaro en busca de suceder a Eruviel. Pese a la oposición de algunos defensores de la cosmogonía ancestral, las luces y el sonido ya son parte de las pirámides en Teotihuacán.
Al igual que la consolidación del proyecto aeroportuario en Texcoco que fue cancelado hace 14 años, y retomado por el gobierno peñista; el show multimedia en Teotihuacán se logró con sigilo, casi en secreto. La estrategia del Grupo Atlacomulco, tanto en la terminal aérea como en las pirámides, ha sido comunicar los esquemas cuando ya están apuntalados y evitar anuncios fallidos. El Estado de México ha retomado lo que se suspendió durante los gobiernos panistas de Fox y Calderón, para concretar sus grandes negocios.
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Los legisladores mexiquenses tardaron casi seis años en hacer frente a las recomendaciones lanzadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso Atenco para emitir la Ley que regula el Uso de la Fuerza Pública. En el colmo de males, la mencionada y criticada ley, no puso sobre la mesa los protocolos de actuación de los cuerpos de seguridad que se requerían. En el extremo, se advierte una perniciosa represión a la protesta social.
Quizá por ese motivo, no debería extrañar demasiado que haya pasado más de un año, y los diputados locales no hayan atendido la resolución de la SCJN sobre los matrimonios del mismo sexo. En la legislatura mexiquense las cosas avanzan a paso de tortuga. La inclusión de grupos vulnerables parece no estar en su agenda de prioridades. El Estado de México adolece de una legislación que no se adapta a la realidad, y fue rebasado hace mucho por la Ciudad de México.
También pesa demasiado que algunos partidos políticos no estén dispuestos a asumir el costo político con los grupos más conservadores. Prefieren ser omisos a ser incluyentes. Para el priísmo y su acomodaticia posición de centro, resulta inaceptable legislar sobre matrimonios gay, y en corto confiesan que lo mejor es prolongar su discusión. En la mesura eruvielista la aprobación puede no ser conveniente para sus sueños presidenciales.
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