Toluca, Edomex. 23 de octubre de 2018.- En el PAN llevan casi un mes discutiendo y preparando la renovación de su dirigencia estatal, y es un tema interno que pasa casi inadvertido. Es una discusión que se da entre grupos de interés, y una serie de jaloneos para ponerse de acuerdo entre quienes hoy dominan la toma de decisiones del panismo. El pasado sábado organizaron un debate entre candidatos que paso casi inadvertido para la opinión pública. Inzunza, Durán y Sánchez Juárez apenas si lograron un reducido espacio junto a los anuncios de clasificados.
En el PRD, ayer renunció su dirigente nacional y la noticia no causó mayor expectativa. Apenas si algunos recordaron que todavía existe un partido de izquierda, que en dos ocasiones postuló al hoy presidente electo. En los próximos meses, también las filas perredistas alistarán la renovación de su dirigencia estatal, pero cuya circunstancia parece sólo incidir interés entre las tribus partidistas, y muy particularmente en ADN, la corriente más influyente en el PRD mexiquense. Es un asunto prácticamente ajeno para la opinión pública.
El pasado viernes Ernesto Nemer presentó su renuncia al PRI del Estado de México, y desde el sábado todos especulan sobre los movimientos al interior del partido gobernante en la entidad. La designación del dirigente priísta se asume como una designación más del gabinete delmacista. Las expectativas son altísimas entre la clase gobernante. Su ungimiento pasa por el interés de los priístas, y de la oposición misma. La nota de la renuncia, de la convocatoria, del registro y de la elección acaparan grandes espacios de la opinión pública. Ahí se encuentran las razones por las que el priísmo simplemente se resiste a desaparecer.
La toma de decisiones al interior del PRI afecta la vida política del Estado de México, porque también ahí se determina a los grupos de interés que prevalecen vigentes. El gobernador Alfredo Del Mazo además mandará señales sobre el futuro inmediato de su partido. Y aunque al 95 por ciento de la población le tenga sin importancia la elección de la dirigencia priísta, su renovación genera altas expectativas para la clase gobernante sin distingo partidista, y parte de las élites económicas cuyas actividades están vinculadas con el partido en el poder.
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De confirmarse que Juan Carlos Villarreal se convertirá en integrante del Sistema Estatal Anticorrupción, se confirmará que en julio pasado todo cambió, para que todo siguiera igual. Villarreal es un personaje cercano al régimen, otrora operador electoral de Luis Miranda, y exconsejero electoral. Su designación respondería al mismo reparto partidista de órganos autónomos, que sustituiría al exrector de la UAEM, José Martínez Vilchis. Podrá ser un hombre preparado, pero sobre todo un personaje alineado al régimen político, del que se siente parte.
Los órganos ciudadanos siguen como una aspiración inalcanzable. Ahí debería estar parte de la preocupación morenista por alcanzar una verdadera democracia participativa, que incluya más allá de la clase gobernante en los aparatos del estado. Sin embargo, es muy probable que Morena sea parte de esas componendas del poder, y que dentro de muy pronto acceda a ese reparto de posiciones de poder en áreas de la propia Legislatura Federal y que se evalúan renovar por estar enquistadas con las mismas personas desde hace al menos 15 años.
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