Toluca, Edomex. 13 de agosto de 2018.- Toda decisión de los tribunales electorales que vaya en contra de la oposición siempre será asumida con «sospechosismo». La resolución del pasado viernes, de quitar 10 diputados plurinominales a Morena, alienta la posibilidad de que desde el Poder Ejecutivo se haya presionado lo suficiente para mermar la mayoría calificada que tendría Morena y sus aliados desde el Poder Legislativo. La memoria histórica de los órganos electorales autónomos y los tribunales electorales advierte de una amplia injerencia por parte del régimen para favorecer al partido en el poder.
Desde ahora, ha quedado de manifiesta la alianza del PRIAN para convertirse en un contrapeso de Morena y sus aliados. La impugnación electoral que borró de un plumazo a diez legisladores morenistas fue presentada por el PAN. El panismo ha mostrado su cercanía con el delmacismo, y desde esa perniciosa relación, equilibrar la oposición morenista. A esa bancada prianista, ya proyectada en la próxima Legislatura Estatal, se deben sumar los diputados de PRD y PVEM que simplemente no serán incluidos en el bloque opositor. La lucha por el control del Poder Legislativo apenas comienza.
Contar con una Legislatura Estatal cada vez más dividida favorece el margen de maniobra de Alfredo del Mazo para incidir en la toma de decisiones del Poder Legislativo. Por el contrario, una Cámara de Diputados que aliente la concentración de poder, en una muy compacta y abrumadora mayoría, podría dificultar las posibles negociaciones desde el Poder Ejecutivo. La decisión del Tribunal Electoral por dispersar a la oposición, y evitar la mayoría calificada de Morena, PES y PT da un respiro en la gobernabilidad de la gestión delmacista. El priísmo buscará por todos los medios posibles, incluida la persuasión a diputados, alcanzar la mayoría legislativa que no alcanzó en las urnas.
En el último tramo del año en curso, el gobierno delmacista tendrá dos desafíos para proyectar su gobernabilidad: por un lado, evitar cambios en la Ley del Issemym, que algunos diputados electos de Morena pretenden revertir; aunado a la aprobación del presupuesto de egresos del año entrante, para que responda a la política asistencial y clientelar del gobierno estatal. Más allá de las causas legítimas, de una u otra posición, también será un buen parámetro sobre la postura que muestre Morena frente a la seducción del poder político. Es muy fácil estar en campaña y mostrar sus resistencias, pero los tiempos de las promesas ya terminaron.
Morena confía en que apelar ante la Sala Regional de Toluca pueda revertir la decisión del Tribunal Electoral, para traer de vuelta a los 10 diputados plurinominales que le arrebataron. La decisión deberá tomarse en menos de quince días, previo a la toma de protesta de la próxima Legislatura Estatal. Desde las dirigencias nacional y estatal buscarán recuperar los espacios de poder que les fueron quitados.
Sin embargo, el reto más complejo para Morena y sus aliados, será evitar por todos los medios posibles, la fragmentación de sus diputados locales a favor del régimen que presumen rechazar. En la víspera, con los actuales legisladores de Morena, el gobierno delmacista logró que su ausentismo o abstencionismo, fuera suficiente para aprobar las controversiales Ley del Issemym y la reestructuración de la deuda. Esa sospechosa conducta opositora que termina por favorecer al régimen, es la que estará en juego con la mayoría simple de Morena y sus aliados.
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