Hay dos secretarios, muy cercanos a Eruviel Ávila, que llaman la atención en los círculos políticos. Son sus colaboradores de mayor confianza. Pero con características distintas en su manejo público. Es ahí, donde Eruviel ha depositado el poder, el manejo de los recursos, y las claves de su gobierno. Se trata de César Gómez Monge, secretario de Salud; y Erasto Martínez Rojas, secretario de Finanzas.
Gómez Monge, originario de Naucalpan, es el funcionario más expuesto ante la opinión pública. No hay semana que no haya un evento del sector salud, que sirva de pretexto para placearlo, proyectarlo, y arroparlo. Erasto, originario de Oaxaca, mantiene su bajo perfil. Alejado de los reflectores. Funciona mejor escondido, detrás del poder sabe ejercerlo, está protegido.
Muy por el contrario, Raymundo Martínez, el secretario de Educación poco a poco se ha ido desdibujando. Por casualidad, orden o estrategia, a Raymundo le han bajado la cortina. Aunque es periodo vacacional, desde hace unos meses, Martínez ha guardado mayor mesura de la acostumbrada. Para quienes leen entre líneas, en todo esto hay gato encerrado.
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La suerte está echada. Vienen los meses más complejos del gobierno de Enrique Peña. Sacar adelante las reformas energética y hacendaria. En ambas, tendrá como respaldo a los mexiquenses César Camacho Quiroz y Luis Videgaray Caso. El presidente del PRI, será el encargado de legitimar el discurso del gobierno entre los opositores. El secretario de Hacienda se convertirá en el interlocutor por antonomasia del gobierno peñista hacia las negociaciones en el Congreso de la Unión.
Ayer Peña ya reanudó actividades. En maratónica reunión con Videgaray, Osorio y Coldwell afinó los detalles de la reforma energética que será presentada el miércoles. Hoy estará en la inauguración de la semana del emprendedor junto al naucalpense, Enrique Jacob Rocha. Y a partir de la próxima semana, comenzará la revisión de su primer informe de gobierno proyectado para el domingo 1 de septiembre. Los tiempos se acortan.
En la acera de enfrente, Andrés Manuel López Obrador ha comenzado su propia lucha. En el único frente opositor, si se considera el Pacto por México, el tabasqueño lanzó una dura advertencia: quien entrega los recursos naturales de la nación al capital extranjero incurre en traición a la patria. Andrés Manuel sabe que la bandera del nacionalismo es suya, y nadie se la podrá arrebatar. Esa será la piedra en el zapato del peñismo.
