Toluca, Edomex; 29 de julio de 2021.- Tras la elección del 6 de junio, todos los que se asumen parte de la victoria priísta se creen merecedores y aspirantes a la candidatura de gobernador en el Estado de México. Desde entonces, en diferentes circunstancias, la caballada tricolor parece encaminada a desplegar estrategias muy anticipadas para aparecer en la boleta electoral de 2023.
A nivel local, hay dos piezas clave: Elías Rescala Jiménez, recién nombrado coordinador de los legisladores locales, el hombre más empoderado del actual sexenio. Si la decisión fuera unipersonal de parte del gobernador Del Mazo, su delfín político se definiría a favor de su construcción política y sus mayores afectos personales. Elías implicaría un proyecto transexenal similar al que representó Peña Nieto de Arturo Montiel.
En la acera de enfrente, Alejandra del Moral, quien se atribuye la victoria de junio pasado como dirigente estatal priísta. Una mujer que se ha sabido adaptar a su circunstancia y ascender en la pirámide política durante los últimos once años, ya sea por su cercanía con exdirigentes partidistas, excancilleres y exgobernadores. Derrotada en el 2018, se levantó, se sacudió el polvo, y se ganó la confianza delmacista para dirigir el partido. Sus formas no gustan mucho, pero logró reconstruir un esqueleto y ponerlo en condición de competir para el futuro inmediato.
Ambos, Rescala y Del Moral, tienen una carrera política por delante, pero si la apuesta debe ser por la renovación generacional, podrían ser una carta fuerte en la próxima elección.
En San Lázaro, muy a pesar de las definiciones recientes, se debe apuntar a Ana Lilia Herrera, quien promueve a la agrupación “prianista” de mujeres con liderazgos sociales. Desde esa trinchera, construye una candidatura femenina; y se debe advertir la posición que pudiera alcanzar en el reparto legislativo.
También desde la Cámara de Diputados Federal, se promueve Ricardo Aguilar, quien durante los últimos tres años presentó pocas iniciativas, y dedicó la mayor parte de su tiempo a su actividad partidista, desde cuya posición puede asumirse que la dirigencia nacional perdió las ocho gubernaturas que tenía en su poder.
Dentro del gabinete delmacista, con un perfil más mesurado se encuentra Martha Hilda González Calderón. La titular de la Secretaría del Trabajo tuvo una encomienda electoral, y tras el triunfo en la capital mexiquense, regresó a su posición política. Su encomienda, siempre va más allá del ramo laboral.
Ahí está Ernesto Nemer, quien desde la Secretaría General de Gobierno ha comenzado a rediseñar la estructura de subsecretarios y directores generales, desde la cual construir su ascendencia. A eso, se suma la reciente incorporación de la coordinación técnica del gabinete a su margen de control político.
No es broma, el secretario de Desarrollo Social, Eric Sevilla, responsable del programa Salario Rosa, comenta entre sus más cercanos sus aspiraciones para suceder a su jefe político. Plantea tener a su favor, la operación del Salario Rosa, insignia del gobierno en turno; la estructura social (electoral) denominada Procura desplegada en el territorio estatal por gestoras; y una amplia red de funcionarios de gobierno como sensores políticos del futurismo electoral.
Lo cierto es que, no todas las cartas están sobre la mesa, o lo que es lo mismo, no todos los posibles candidatos podrían estar activos en la política local.
Hay aspirantes con trayectorias sólidas y un arropo político que hoy pudieran estar en descanso, y en menos de un año reactivarse y ponerse en la carrera final.
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