Toluca, Edomex; 20 de julio de 2021.- La consulta a los expresidentes se convertirá en la discusión pública de los próximos quince días, como parte de la agenda política que pretende instalar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La clase gobernante -prianistas y morenistas- se encamina a una nueva discusión interminable para justificar u oponerse a la consulta. Lo cierto es que, entre quienes apoyan la consulta, todas las voces se inclinan por juzgar a los expresidentes; no hay una sola vez que se manifieste por el no.
En estricto apego a la legalidad, todos los delitos que pudieran ser investigados e imputados a los expresidentes, en su mayoría ya habrían prescrito, y por lo tanto, aunque se les encontrará culpabilidad, muy difícilmente podrían tener una consecuencia penal. Salvo el caso del mexiquense, Enrique Peña Nieto, quien tiene apenas tres años de haber abandonado el ejercicio del poder.
En paralelo, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox podrían aducir a su edad: mayores de 70 años para evitar ir a la cárcel. Si acaso la prisión domiciliaria, como una situación extrema. Enrique Peña, exgobernador mexiquense, este martes cumple 55 años; mientras Felipe Calderón Hinojosa, apenas alcanza los 58, como los mandatarios más recientes.
Muy a pesar del pasado de corrupción que denuncia López Obrador todas las mañanas, hasta la fecha no hay una sola imputación directa sobre Enrique Peña, aunque cada vez los expedientes se aproximan más a su círculo cercano.
Aun cuando Enrique Peña, es el expresidente que mayores posibilidades tiene de ser enjuiciado, ya sea por su proximidad temporal en las acusaciones que se le hagan; o bien, por su edad; está claro que, hay un pacto superior entre el peñismo y el lopezobradorismo, para evitar revanchismos políticos.
En la víspera, se difundió que la denuncia iniciada por la Fiscalía General de la República por el caso Odebrecht, y las situaciones expuestas por Emilio Lozoya, involucrarían a Roberto Padilla y Antero Rodarte, quienes acompañaron al peñismo a la aventura presidencial, pero fueron parte sustancial de su proyecto desde la gubernatura mexiquense.
Hasta antes de abandonar el poder presidencial, Enrique Peña anunció en tierras mexiquenses, que su estado natal sería el sitio de descanso para su retiro político; sin embargo, en los últimos años ha trascendido que tiene una mayor estancia en España, que en el país. Y en la entidad, poco se le ha visto.
Por esa circunstancia personal, es sumamente atractivo conocer cuántos millones de electores mexiquenses salen a participar de la consulta ciudadana para exigir un juicio a los expresidentes, incluido su paisano, Enrique Peña.
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