Toluca, Edomex; 15 de junio de 2022.- Si la precampaña priísta por la gubernatura mexiquense fuera una carrera de resistencia, podría decirse que ayer, Ernesto Nemer fue descalificado por el gran elector. La lista de aspirantes, cada día se va haciendo menos, aunque como se han dado las cosas de los últimos meses, nadie podría descartar que haya un “caballo negro” en la ruta.
De manera sorpresiva -ha juzgar por el rostro desencajado de Ernesto-, en una decisión urgente, Del Mazo prescindió del secretario general de gobierno, que le acompañó en una especie de jefe de gabinete en los últimos veinte meses.
Luis Felipe Puente fue enviado hace algunas semanas como secretario técnico del Consejo Político del PRI; pero intempestivamente fue rescatado del ostracismo priísta, para ocupar la segunda posición en importancia del gobierno estatal, en un momento crucial: la antesala de la elección del 2023.
La candidatura de Alfredo Del Mazo, tanto en el 2011 como en el 2017, siempre contó con el impulso de Luis Miranda Nava; quien ha cobrado ese afecto político con la ascendencia de la Secretaría General de Gobierno en estos cinco años.
Tanto Alejandro Ozuna como Luis Felipe Puente, laboraron con Miranda Nava en la Secretaría de Gobernación del sexenio peñista. Y con ese arropo, les alcanzó para llegar a la cúspide de sus trayectorias políticas durante este sexenio.
Sobre la salida de Nemer hay diversas especulaciones. Lo cierto es que, es un hombre absolutamente institucional que, eventualmente se equivocó en el camino de las últimas semanas, y le valió una salida por la puerta de atrás.
Era su último tren, y fuera del gabinete, ya no tendrá el escenario de las conferencias semanales, ni las famosas mesas de gabinete regional, que lo habían llevado a una gira de posicionamiento. Ernesto, prácticamente está fuera de competencia, aun cuando haga el intento por mantenerse vivo.
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Alejandro Moreno se reunió con once exdirigentes nacionales priístas. En una reunión de cuatro horas, le emplazaron a tener una reflexión para dimitir a su encargo, pero el campechano se resistió; y continuará como presidente del PRI, hasta el mes de agosto de 2023, cuando concluya su periodo estatutario. Del lado mexiquense, estuvieron presentes César Camacho y Carolina Monroy; quienes tuvieron su momento de empoderamiento en el sexenio peñista.
También le exigieron ser más incluyente, en la medida que su toma de decisiones las ha asumido sin el consenso de los grupos políticos que concitan al priísmo nacional, ya sea mediante legisladores y gobernadores en funciones.
La crisis del priísmo transita no sólo por su acelerada pérdida de votantes; y las derrotas electorales de gubernaturas y alcaldías; sino por la exclusión de los factores de poder que representaban el equilibrio político en el tricolor.
Las cartas están resueltas, Alito intentará construir la alianza electoral e incidir en la candidatura para la elección de la gubernatura en el Estado de México.
Para Morena, la permanencia del campechano en el PRI, son muy buenas noticias.
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