Toluca, Edomex; 11 de febrero de 2022.- Antes de la elección por la gubernatura del Estado de México, Morena deberá demostrar su músculo político en la consulta de revocación de mandato del 10 de abril, en apenas sesenta días. Es momento de que las élites morenistas tan preocupadas en hacerse de la candidatura para suceder al priísta, Alfredo Del Mazo, le demuestren a López Obrador sus capacidades de movilización social para aportarle el mayor número de votos, en el estado con el más robusto padrón electoral del país.
Está claro que la consulta tiene fines para reivindicar la fuerza electoral de Morena, donde el Estado de México y la Ciudad de México deben consolidar sus estructuras frente al retroceso experimentado en los comicios de 2022. Será un momento inmejorable para que los alcaldes morenistas afinen su operación política, particularmente de aquellos que gobiernan los municipios más poblados como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Texcoco, Chimalhuacán e Ixtapaluca.
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El primer reto que enfrentará Eric Sevilla como presidente del PRI mexiquense será la muy próxima elección extraordinaria de Atlautla. Para dar un golpe de autoridad, el dirigente priísta está obligado a ganar, y acallar las voces que han comenzado a dudar de su experiencia política, o bien, aquellas que rechazan a todos aquellos que no coinciden con sus intereses personales o de grupo. Si triunfa buscará colgarse la medalla; si pierde, argumentará falta de tiempo en la preparación de la estrategia electoral. Vendrá su primera prueba de fuego.
El panorama electoral para el priísmo nacional es desolador. De las seis gubernaturas en disputa, en ninguna se marca al frente en las encuestas más recientes. Hidalgo y Oaxaca -actualmente en su poder- podrían sucumbir frente a la aplanadora morenista. Salir derrotados en Hidalgo, implicaría que la secretaria general del partido no pudo ganar en su tierra, donde lleva más de veinte años en cargos públicos. Entregar Oaxaca, implicaría el fracaso descomunal del verdadero mandamás del priísmo nacional, José Murat.
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Movimiento Ciudadano podría convertirse en el fiel de la balanza hacia 2023. El ascenso de Juan Zepeda -de origen perredista-, podría incidir en aglutinar a grupos de poder tanto de izquierda como de derecha que se sientan desplazados, una vez que se definan las candidaturas a la gubernatura del año entrante. El experredista tiene la capacidad para lanzar guiños a morenistas y priístas, ante quienes tiene vínculos políticos tras su paso por la alcaldía de Neza.
Desde hoy, las y los priístas que no están en los afectos de quien despacha en Palacio de Gobierno, ya son una opción real para ser candidatos de MC en 2023.
Además, se debe agregar dos elementos: la experiencia política de Dante Delgado que ha permitido un avance inusitado en los últimos años a nivel nacional, y el financiamiento que pudiera oxigenar la elección del Estado de México desde los estados de Jalisco y Nuevo León, quizá sin opciones de ganar, pero sí de pulverizar el voto, como ocurrió en 2017 con Zepeda en el PRD.
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