
OFF THE RECORD 06-10-2023

Toluca, Edomex; 6 de
octubre de 2023.- Desde la capital mexiquense, Claudia Sheinbaum encabezó una
reunión con liderazgos de Morena en el Estado de México. Estuvo arropada por la
gobernadora Delfina Gómez. El encuentro fue privado, pero a través de las redes
sociales, la hoy clase gobernante dejó testimonio del músculo político. El
propósito fue convocar a todas las estructuras a arrasar con “carro completo”
en los comicios de 2024 para ganar las 40 diputaciones federales, y de paso,
los 125 ayuntamientos y los 45 distritos locales. Es un ganar – ganar para la
causa Sheinbaum – Delfina.
Como en los viejos tiempos
de régimen priísta, hay una connivencia entre el aparato gubernamental y la
estructura partidista. Delfina Gómez y su gabinete son la primera línea de
batalla en las elecciones del año entrante. De facto, bajo el clientelismo electoral
que caracterizará a su política asistencial, se puede advertir que la casa de
campaña tendrá como sede el Palacio de Gobierno. La mandataria será quien
ejerza el poder público por las mañanas, y supervise las tareas partidistas por
la tarde. El poderío hegemónico es ahora o nunca.
Desde hace meses, quizá
un par de años, todos los liderazgos visibles y con ascendencia política en el
estado, siempre manifestaron su cobijo por Claudia Sheinbaum. Salvo algunos
despistados, del lado de la exjefa de gobierno estuvieron Higinio Martínez,
Juan Hugo de la Rosa, Raciel Pérez, Mariela Gutiérrez, Fernando Vilchis, Daniel
Serrano, y los panistas y priístas que hoy se dibujan desde la izquierda.
Todos, con sus grupos políticos, sin distingo de su tamaño, están volcados en
ganar las elecciones de 2024. Lo realmente significativo será la repartición de
candidaturas entre tanto ego junto.
Incluso, Sheinbaum habrá
de purificar a quienes decidan sumarse en los próximos meses a su campaña
electoral, aun cuando tengan un pasado reciente en el PRIANISMO. Las puertas de
la 4T estarán abiertas para quien se sienta desplazado o traicionado por el
conservadurismo. Son bienvenidos exalcaldes y exdiputados -incluso
exgobernadores- del régimen neoliberal, siempre y cuando representen un bono de
votantes muy necesarios para la contienda comicial.
Otro factor que corre a
favor de Morena es el marasmo en que se encuentra la oposición política. El PRI
se disputa los resquicios electorales entre los delmacistas y los antidelmacistas,
y adjudicarse las posiciones plurinominales. El PAN apuesta por ratificar sus
bastiones, pero su presencia no va más allá del poniente del Valle de México. Y
la pérdida sostenida de votos del PRD, hace que su única preocupación sea mantener
el registro como partido político.
Sheinbaum sigue la línea
de la dirigencia nacional morenista, y sostiene una cercanía perniciosa con los
sobrevalorados institutos satélite del Partido Verde Ecologista y el Partido
del Trabajo. Ahí, los únicos beneficiados del reparto electoral serán sus
dirigencias estatales que ya se ven diputados para no perder la costumbre,
porque difícilmente podrán favorecer a su militancia. No obstante, presumen de
un gran peso político que no tiene garantía, ni mucho menos evidencia. Sus
votos están fincados en la fe de sus liderazgos.
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