Redacción
Toluca, Edomex. 23 de junio de 2014.- Enfundado en un traje negro, camisa blanca y una corbata roja, símbolo de su militancia partidista, Carlos Iriarte Mercado se erigió este domingo como nuevo dirigente estatal del PRI en el Estado de México, a menos de un año de los comicios intermedios de 2015, donde se renovarán 125 ayuntamientos, 75 diputaciones locales y 45 legisladores federales.
Arropado por su propio mentor político, Arturo Montiel Rojas, quien se llevó la mayor ovación del día, ayer los priístas decidieron elegir como presidente sustituto a Iriarte Mercado -el mismo operador electoral, responsable de las elecciones a la gubernatura de Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila en 2005 y 2011-, quien asumió el control político del partido en el poder, en la tierra del presidente Enrique Peña Nieto.
Iriarte Mercado se forjó como uno más de los Golden boys, la camada de políticos jóvenes, identificados con la tecnocracia, que ascendieron en la pirámide del poder en el mandato de Montiel Rojas, y en cuyo grupo compacto se identifica a Enrique Peña, Luis Miranda Nava, Eduardo Segovia y Miguel Sámano Peralta.
La maquinaria priísta dio muestras de estar lista para los comicios del año entrante, la clase política más identificada con Montiel se reunió en cónclave para mostrar su músculo electoral, y demostrar que son hoy por hoy, el grupo político enquistado en el poder del Estado de México y de la nación.
Desde temprana hora, se dieron cita las huestes electorales, mediante el clásico acarreo, los lunches bajo el brazo, y la instrucción de vitorear en cada momento a su nuevo líder, Carlos Iriarte, a quien sólo visualizaron por medio de una megapantalla dispuesta en la explanada de la sede estatal del PRI.
En el recinto donde se llevó a cabo el ungimiento, Montiel y sus discípulos fueron los más presentes, los más vibrantes y son hoy quienes ejercen con mayor influencia el poder en todos los ámbitos: federal, estatal y municipal.
Flanqueando al exmandatario, estaba su exsecretario particular, Miguel Sámano; su exvocera, Ana Lilia Herrera; su exsecretaria de ecología, Martha Hilda González. Y el protagonista del nuevo capítulo, Carlos Iriarte, su exdirector de seguridad pública y exsecretario de desarrollo social.
Desde la primera fila, completaban el arropo del montielismo, Alfonso Navarrete Prida y Manuel Cadena Morales, su exprocurador de justicia y su exsecretario de gobierno, respectivamente.
En la lista de exdirigentes priístas, asistía al reencuentro, Isidro Pastor Medrano, su expresidente estatal del PRI; Arturo Osornio, su excoordinador de los diputados locales; José Manzur, su exsubsecretario general de gobierno. Todos erigidos en el poder político en el mismo mandato, bajo un mismo mentor: Arturo Montiel.
En la legitimación del poder, estaba Alfredo del Mazo González –exgobernador-, y su hijo Alfredo del Mazo Maza, hoy director general de Banobras.
El grupo Atlacomulco en pleno, estaba representado por otros conspicuos colaboradores del presidente Enrique Peña. Ahí se enlistaba Marcela Velasco y Héctor Velasco Monroy.
En contraparte, un muy desdibujado gabinete de Eruviel Ávila aparecía en escena. Erasto Martínez, Gómez Monge, Raymundo Martínez, Rosalinda Benítez, Alfredo Torres y el resto. En su oportunidad, Carlos Iriarte ni siquiera tuvo oportunidad de detenerse para nombrarlos a todos, y a cada uno.
Las grandes ausencias, Emilio Chuayffet y su grupo político. Ni siquiera César Camacho, dirigente nacional del PRI se dio tiempo para retornar a su tierra de origen, de la cual fue gobernador interino.
El cierre de filas está consumado. Los priístas en su conjunto, y particularmente los montielistas, están prestos para la operación electoral de los meses por venir, y ahí vendrá el reparto de candidaturas, la puesta en marcha de la maquinaria electoral y la necesidad de refrendar al PRI como primera fuerza política en el Estado de México.
